Cataluña abre una fuerte crisis diplomática entre España y Bélgica
A. Azpiroz/S. Arroyo | BÉLGICA
España ha dicho basta ante Bélgica a cuenta de la actitud del socio europeo en relación al conflicto catalán. Tanto que Exteriores ha abierto un conflicto diplomático al convocar al embajador belga en Madrid para expresarle su más enérgica protesta. La gota que ha colmado el vaso no ha sido un decisión judicial, como las que denegaron la entrega de Carles Puigdemont y sus exconsejeros a la justicia española o la demanda contra el juez Pablo Llarena por su supuesta parcialidad en el proceso contra los líderes secesionistas. El detonante ha sido una carta del presidente del Parlamento de Flandes, Jan Peumans, dirigida a Carme Forcadell, quien se encuentra en prisión preventiva desde el pasado marzo. Peumans, del partido independentista Nueva Alianza Flamenca (N-VA) —que forma parte de coalición del Ejecutivo central que preside Michel— dice: «Mantener a políticos arrestados durante meses es un acto aún más insidioso, una prueba de que el Gobierno central en España no cumple con las condiciones para ser parte de un estado moderno de la UE».