«Hagamos España grande de nuevo», a lo Trump en Vistalegre
El presidente de Vox, el exdirigente del PP vasco Santiago Abascal, lo ha dejado claro: la derecha ultra ya no se esconde ni se avegüenza de que la tilden de facha, racista, xenófoba, retrógrada, insolidaria, centralista, franquista o machista. «Los insultos y sambenitos de Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y Quim Torra nos los ponemos como medallas en el pecho. Los progres no contaban con este miura de Vox que hoy ha saltado a Vista Alegre», ha proclamado con retórica taurina en un ambiente de euforia colectiva desatada.
La escenificación de la nueva derecha extrema ha mezclado soflamas del pasado con estandartes de la creciente ola de populismo ultra mundial liderada por Donald Trump. De él ha tomado el odio a la prensa y sus supuestas ‘fake news’ («denunciamos a los medios de comunicación mentirosos»), el lema electoral que le llevó a la Casa Blanca («Haremos a España grande otra vez») y la tradicional proclama religiosa de exaltación de Estados Unidos («Que Dios bendiga a España»). Y de sus homólogos europeos, su oposición a la UE, si bien más matizada: «Somos euroexigentes frente a los europapanatas».
Vox apeló a la épica de la España imperial como en época de la dictadura. Eso sí, cuidándose de no exhibir banderas preconstitucionales y de plantear su oposición a la ley de memoria histórica no como un apoyo al franquismo sino como una apelación a la «libertad de opinar del pasado lo que nos dé la gana sin que venga un aprendiz de Stalin a decirnos qué debemos pensar». El PSOE «provocó la Guerra Civil», dijo Abascal. España es Europa «con más derecho que nadie» porque «salvó» al continente del avance islámico., añadió.