ADELANTO ELECTORAL
Susana Díaz convocará elecciones en Andalucía para el 2 de diciembre
La cita será la primera prueba de los partidos tras la llegada de Sánchez al Gobierno y el cambio de líder en el PP. El PSOE andaluz aspira a revalidar su victoria después de 37 años de poder ininterrumpido
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, despejará hoy la incógnita tras más de un año de rumores y una acelerada agenda de anuncios, promesas y visitas a municipios en las últimas semanas. Todo apunta a que los andaluces irán a las urnas el próximo 2 de diciembre, tres meses antes de lo previsto, con lo que la Cámara regional estará ya conformada para el nuevo año. La dirigente socialista trata de aprovechar así la dinámica de un debate electoral propiamente andaluz, aunque sin duda la situación en Cataluña se colará en los discursos de los candidatos. Los sondeos le son favorables al PSOE para revalidar su posición como partido más votado después de 37 años de gobierno ininterrumpidos en la comunidad, que no ha conocido todavía la alternancia política por decisión de sus votantes.
La presidenta andaluza ha convocado para esta tarde una reunión extraordinaria de gobierno para confirmar sus planes. El adelanto era claro después de que a principios de septiembre Cs diera por roto el pacto que ha permitido al PSOE sacar adelante los últimos tres presupuestos. Una excusa, dado que a ambos les venía bien anticipar la convocatoria para mejorar sus expectativas electorales y apenas unos días antes presumían del elevado grado de cumplimiento del acuerdo. Es más, desde entonces, y pese a que según los socialistas la ruptura daba al traste con la estabilidad política en la región, Díaz ha logrado aprobar varias leyes y anunciar desde oposiciones multitudinarias a subvenciones a varios sectores.
La cita andaluza será el primer test al que se enfrenten los partidos tras el vuelco en el panorama nacional registrado con la moción de censura contra Mariano Rajoy y la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa. El PSOE llega con las ganas de demostrar que las buenas expectativas que auguran las encuestas son reales, y además de las visitas del líder socialista ya ha anunciado un Consejo de Ministros en Sevilla el próximo 26 de octubre. El PP, por su parte, aspira a inaugurar con buen pie la llegada de su nuevo líder, Pablo Casado. Y de paso, frenar las aspiraciones de un Cs en auge por el debate soberanista, ya que Albert Rivera se plantea la convocatoria como un trampolín para las siguientes citas con las urnas: municipales, europeas y autonómicas tocan en mayo, y Sánchez podría convocar las generales en otoño de 2019. Para ello, ya ha desembarcado en Andalucía junto a Inés Arrimadas y así sacar partido a los orígenes andaluces de ambos. Para Podemos, es la ocasión de demostrar el tirón de la apuesta de Teresa Rodríguez por una confluencia de izquierdas con IU –que le enfrentó a Pablo Iglesias-- como alternativa de izquierdas al PSOE andaluz y si el apoyo como socio preferente al Gobierno de Sánchez les pasa o no factura.
37 AÑOS EN EL PODER
Los partidos de la oposición llevan semanas en precampaña, lo que ha permitido comprobar por dónde irán sus mensajes para atraer a los votantes, y que como se ha podido comprobar en las diversas incursiones de los líderes nacionales de PP y Cs se centrarán en el argumento de “cuatro décadas de régimen” –haciendo una suerte de paralelismo con la dictadura de Franco-- para tratar de desgastar al PSOE. Es el principal lastre que arrastra la formación de Díaz, que para combatirlo gira su estrategia en los cinco años transcurridos desde que ella llegó el Gobierno e intenta así dar una imagen renovada.
El argumento, sin embargo, puede ser un arma de doble filo ya que, como insisten en el PSOE andaluz, deja claro la incapacidad de la derecha durante esas cuatro décadas para conformar un proyecto atractivo para los andaluces. Hasta ahora, solo en una ocasión, 2012, el PP ha logrado convencer a los andaluces de su proyecto de cambio. Y aun así, esa victoria fue insuficiente para alcanzar el consejo de gobierno debido al acuerdo entre socialistas e IU, provocando la marcha del histórico Javier Arenas.
Aunque en los últimos días desde el PP han acusado a la formación de Rivera de ser la muleta del PSOE e incluso les han emplazado a firmar ante notario que no volverían a apoyarles, los conservadores les necesitan, y aspiran a una alianza con Cs que les permita llegar a la Junta. Pero ningún sondeo pronostica que esos números alcancen. Es más, alguno avanza incluso un ‘sorpasso’ de la formación naranja, lo que pondría en una dificil situación al secretario general del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, que junto a la dirección regional se decantó de forma clara por la rival de Casado en las primarias, Soraya Sáenz de Santamaría.
Tras las elecciones de 2015, el PSOE logró 47 diputados de los 109 que tiene la cámara, su dato más bajo, seguido del PP, con 33, Podemos, con 15, Ciudadanos con 9 e IU con 5. En esta ocasión, Podemos e IU concurren en la confluencia Adelante Andalucía, y los expertos demoscópicos apuntan a que su suma podría ser mayor de 20 ya que lograrían algunos de esos escaños que, con la Ley de’Hont, penalizaban a las formaciones pequeñas y se repartían los partidos mayoritarios. Pese a la buena sintonía en Madrid, las posiciones distantes entre la responsable socialista y la cabeza visible de la confluencia, Teresa Rodríguez, e incluso el secretario general de IU, Antonio Maíllo, hacen que el PSOE mire de nuevo a Cs como socio preferente, aunque en esta ocasión la formación ya ha dejado claro su intención de formar parte de los ejecutivos y estrenarse en un gobierno.