La mossa que abatió al terrorista de Cornellà actuó en legítima defensa
La jueza que instruía esta causa ordena su archivo al considerar que la agente actuó adecuadamente
La jueza que ha instruido la causa abierta contra la agente de los Mossos d'Esquadra que abatió a Abdelouahab Taib, el hombre argelino residente en Cornellà de Llobregat (Barcelona), que asaltó durante la madrugada del 20 agosto la comisaría de este municipio, según fuentes del sindicato USPAC, que lleva la defensa de la mossa d'Esquadra.
Tal como recogen las imágenes captadas por la cámara de seguridad de esta ABP de la policía catalana, Abdelouahab Taib se abalanzó sobre la policía de la entrada, cuchillo en mano, y la mossa huyó en primera instancia, y minutos más tarde, según ha resuelto la jueza, abrió fuego contra el agresor en legítima defensa porque no tuvo más remedio.
En la Audiencia Nacional prosigue otra derivada de esta causa para determinar si, como sostienen los Mossos, se trató de un ataque terrorista yihadista, dado que Abdelouahab Taib gritó el nombre de Alá antes del ataque y actuó con el claro objetivo de matar y ser abatido.
La madrugada del 20 de agosto, sobre las 05.50 horas, Abdelhouahab Taib llamó dos veces al interfono y pidió entrar en la comisaría para hacer "una consulta". Cuando la agente le abrió la puerta, el hombre sacó un cuchillo de grandes dimensiones y se abalanzó sobre el mostrador para tratar de apuñalarla. Ella declaró -algo que se observa en las imágenes de la cámara- que pudo esquivar la agresión y huir por el pasillo, a pesar de que el asaltante invadió la pecera (un espacio acristalado para los Mossos). Taib, tras este primer intento fallido, se reincorporó y continuó persiguiéndola.
Fuentes de USPAC, sindicato policial que la defienden, remarcaron que en este instante, el sargento que acababa de entrar en la comisaría para hacerse cargo del turno de día, oyó los gritos y acudió en ayuda de la mujer. Tanto la agente, responsable de la seguridad de la comisaría, como el sargento, sacaron la pistola reglamentaria y apuntaron hacia el otro extremo del pasillo, por el que se aproximaba Taib, con el cuchillo levantado "por encima de su cabeza". Ambos fueron retrocediendo, dándole el alto hasta en dos ocasiones, hasta que cruzaron por debajo del marco de una puerta. Primero el sargento, después la agente, que en ese momento se convirtió en la única que seguía viendo de frente a Taib, que no titubeó y continuó avanzando. Cuando estaba a solo "un metro y medio" de la mujer, esta abrió fuego, cuatro veces, y le dio en tres ocasiones. Una de ellas en la cabeza.
"Si no hubiera disparado ella, lo hubiera hecho yo", zanjó en su declaración judicial el sargento, según el sindicato.