Diario de León

El Gobierno intenta frenar que se abra el debate sobre la Monarquía

La ministra Batet reclama que se deje al Rey «al margen» de la confrontación política.

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RAMÓN GORRIAGÁN | MADRID

El Gobierno pretende evitar el debate sobre el futuro de la Monarquía alentado por los independentistas catalanes, Podemos e Izquierda Unida con la presentación de mociones para pedir la reprobación del Rey y la abolición de la Corona. La ministra de Política Territorial reclamó que se deje a Felipe VI al margen del debate político porque así lo que establece la Constitución. Meritxell Batet exteriorizó con esas palabras la preocupación que hay en el Gobierno por la posibilidad de que la discusión sobre el modelo de Estado se abra un hueco en la agenda política.

Lo que parecía una resolución sin más recorrido con la reprobación del Parlamento de Cataluña a Felipe VI por su papel en el proceso soberanista, cogió vuelo tras la decisión del Gobierno de recurrir la declaración ante el Constitucional a pesar de que el Consejo de Estado no vio materia recurrible. La Moncloa, en su alambicada interpretación, vio en esa declaración «un nuevo intento de iniciar un proceso unilateral que culmine en la proclamación de una república» en Cataluña. La respuesta de Unidos Podemos fue denunciar la postración del Gobierno socialista ante la Corona. Pablo Iglesias fue más allá y afirmó que había llegado «la hora de abrir un debate sobre el futuro de la democracia», una elipsis para no citar el modelo de Monarquía parlamentaria recogido en la Constitución.

El siguiente paso lo dio IU con el anuncio de la presentación de mociones reprobatorias y abolicionistas de la Corona en todos los ayuntamientos en los que está presente, en torno al millar. La iniciativa fue respaldada ayer por Podemos. «Podemos entender que el PP y Ciudadanos protejan a la Monarquía» porque es una institución que la sociedad considera «de derechas», pero que lo hagan los socialistas no es normal, apuntó la coportavoz del partido Noelia Vera.

El Gobierno no quiere que se abra un debate embridado en los últimos años tanto por el PSOE como por el PP ante los intentos de IU desde la década de los noventa y después con la irrupción de Podemos de someter a referéndum el modelo de Estado. Pero ahora, al calor del proceso soberanista en Cataluña, la discusión ha cobrado fuerza. Aunque el Gobierno no ha recurrido ante el Constitucional la resolución del Ayuntamiento de Barcelona, aunque su parecido con la aprobada por el Parlamento de Cataluña es notable, va a estudiar las que presenten IU y Podemos en los ayuntamientos e «irá tomando decisiones» en función de sus contenidos. «Habrá que ver cómo se adoptan y en qué términos», explicó Batet.

Preservar su figura

La ministra defendió en una entrevista en la cadena Ser que el Rey se quede «al margen de la pugna política» y no se convierta en «un elemento de confrontación» entre los partidos. «Hay que preservar su figura». Apuntó además que los ayuntamientos y los parlamentos autonómicos no son los ámbitos para discutir sobre el papel y el futuro de la Corona. No deberían, por tanto, dedicarse a debatir sobre «cosas en las que no pueden aportar soluciones». Los alcaldes, prosiguió, deben ceñirse «al marco constitucional».

Los socialistas son los menos interesados en que la disyuntiva entre Monarquía y República se instale en la discusión política. Aunque la dirección del PSOE ha mantenido desde 1978 un exquisito perfil institucional, entre su militancia está muy arraigado el sentimiento republicano. Ese debate, reconocen los dirigentes del partido, traería consecuencias imprevisibles.

Podemos, que había mantenido una posición dubitativa sobre el papel de la Monarquía con el argumento de que ese debate no estaba en la calle, ha pasado a la ofensiva. Arguye que de acuerdo a una encuesta suya el 54% de la población se declara contrario a la Corona por un 31% que la apoya. Aunque la muestra del sondeo es de muy escasa representatividad, poco más de mil entrevistas por internet en todo el territorio nacional, para Podemos es un dato suficiente y relevante. El resultado además es parecido al de otros sondeos privados realizados ante la falta de una cifra oficial porque el CIS no pregunta sobre la Monarquía desde abril de 2015. Entonces fue valorada por los encuestados con un 4,3, a pesar de que ya se había producido el relevo de don Juan Carlos por Felipe VI. Con todo fue una mejoría porque dos años antes el suspenso fue más rotundo, 3,68.

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