El Ejecutivo traslada a la Santa Sede que quiere que los delitos de pederastia «no prescriban»
Los curas pederastas no se librarán de sentarse en el banquillo y ser condenados con la reforma que planea el Gobierno de Pedro Sánchez. Lo ha anunciado en el Vaticano la vicepresidenta Carmen Calvo. En su reunión con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, le comunicó que el Gobierno modificará el Código Penal para que los delitos de abusos sexuales a menores sean «imprescriptibles».
La vicepresidenta aprovechó su viaje al Vaticano para informar a la Santa Sede de su proyecto, que está siendo estudiado por un grupo de expertos, para que estas conductas no prescriban. Lo ha hecho después de que el episcopado pusiera al frente de la comisión que estudiará estos delitos al obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, que ocultó casos conocidos.
El cambio legal que planea el Gobierno sobre la prescripción de estos delitos se llevaría a cabo a través de la Ley de Violencia contra la Infancia y «no está cerrado todavía».
El comunicado difundido por vicepresidencia ayer tras la reunión en el Vaticano habla de delitos «imprescriptibles». Calvo no ha precisado qué opción se recogerá al final pero ha puntualizado que la voluntad del Gobierno para reformar la prescripción de delitos sexuales contra menores ya había sido anunciada recientemente por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras su reunión con el pianista inglés y víctima de abusos en la infancia James Rhodes. Calvo podría haber querido referirse a que elevar la edad a partir de la cual comienza a contar la prescripción del delito —30 o 50 años»— permitiría en la práctica que ninguno de estos delitos quede impune, ya que hacerlos completamente imprescriptibles podría contravenir el principio de reinserción contemplado en el derecho penal.