Sindicatos y sector del automóvil coinciden: «Es excesivo y precipitado»
Lógicamente el anuncio del Gobierno no ha dejado indiferente a nadie. La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac)rechazó «de plano» y calificó de «excesiva» la intención del Gobierno de prohibir la venta de vehículos de combustión (diésel, de gasolina, de gas e híbridos) desde el año 2040. La organización señaló que esta medida es excesiva en sus objetivos y acelerada en sus plazos y aseguró que supone, en la práctica, ir en contra del principio de neutralidad tecnológica defendido al máximo por la Unión Europea.
Igualmente, Anfac alertó de que desde el momento de aprobación de dicha ley, esta prohíbe cualquier subvención que favorezca el consumo de combustibles fósiles, lo que supone que solo se podrían incentivar los modelos eléctricos puros, por lo que se desactivan los actuales planes de apoyo al vehículo alternativo, al tiempo que se discrimina una tecnología y eficiente frente a otras.
Por su parte la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) criticó que las propuestas del Gobierno provocan incertidumbre y que la gente no sepa qué coche comprar.
La organización señaló que propuestas como estas o la profunda crisis del diésel generan incertidumbre entre los compradores, que no saben qué coche comprarse ni cuándo, e impactan ya en todo el sector del automóvil.
También se pronunció en contra CC OO. El responsable de automoción de este sindicato, Joaquín Ferreira, pidió ayer al Gobierno que no sea un «inquisidor ecológico» contra el automóvil y que evite poner fechas a la desaparición de los motores de combustión tradicional. Para Ferreira, esta medida es propia de un «país del Quijote», ya que el camino a seguir para la descarbonización del transporte por carretera son las directivas de la UE.
En su opinión, «no es el camino poner fechas» porque se ponen en peligro 300.000 puestos de trabajo de la industria del automóvil en España, que el año pasado fabricó más de 2,8 millones de vehículos, de los que 1,2 millones fueron con motorizaciones diésel.
Los concesionarios, por su parte, alertaron de que esta medida retraiga aún más las matriculaciones en España y recordaron que en lo que va de noviembre las matriculaciones han caído un 22 %, a lo que hay que unir el descenso de octubre.