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EUFORIA ENTRE LOS NARANJAS

Cs intentará gobernar y pide a PP y PSOE a que le apoyen

Los de Rivera quedan terceros, pero se postulan para presidir la Junta

Albvert Rivera, Juan Marín e Inés Arrimadas, en Sevilla.

Publicado por
IOLANDA MÁRMOL
León

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El sueño de Albert Rivera cristaliza de forma inesperada. Salía a dar la estocada a un PP debilitado para conquistar la hegemonía del ala conservadora y asaltar desde esa atalaya la Moncloa. No lo logra pero consigue contra todo pronóstico tener la llave de la gobernabilidad en Andalucía. En tercera posición y con 21 diputados el líder de los liberales anunció tras conocer los resultados que su partido presentará la candidatura a la presidencia de la Junta y pidió a PP y PSOE que le respalden. Argumentan en Cs que su fuerza política es la que ha experimentado un verdadero crecimiento (pasa de 9 escaños en el 2015 a 21 dipiutados), mientras conservadores y socialistas caen. Recuerdan, además, que ellos ya respaldaron otros gobiernos y exigen, ahora, ese apoyo de vuelta.

“Nosotros apoyamos al señor [Mariano] Rajoy aunque no queríamos, apoyamos a Susana Díaz, apoyamos a [Cristina] Cifuentes. ¿Me pueden decir cuál el motivo porque el PP y el PSOE no pueden permitir que gobierne Ciudadanos?”, preguntó Rivera, pletórico en la noche electoral. Lo cierto es que en los casos que Cs dio su respaldo, las otras fuerzas le sobrepasaban en votos y escaños. En Andalucía, tanto socialistas (33) como populares (26) superan a Rivera.

El candidato andaluz, Juan Marín, dejó claro que debe ser él quien encabece el Gobierno, al ser una fuerza política en expansión mientras el PP cae respecto al 2015. “Hoy hay diputados para el cambio. El cambio ha llegado a Andalucía por la puerta grande y solo lo puede liderar un partido que crece”, reivindicó.

Tanto Rivera como Marín eludieron hablar de Vox, que entra a la Junta como un vendaval, con 12 escaños y evitaron comprometer un acuerdo en una u otra dirección.

Llave en varias direcciones

Lo cierto es que Rivera tiene la llave y puede usarla en una u otra dirección. Puede nutrir al bloque de derechas (PP, Cs, Vox) o incluso sumar con Díaz y buscar la abstención de Adelante Andalucía, puesto que los podemistas parecen dispuestos a impedir que los conservadores lleguen al palacio de San Telmo. “Se tendrá que analizar, ver qué es la mejor situación para Andalucía”, dejó en el aire la líder en Catalunya, Inés Arrimadas, que culpó a Díaz de intentar “dormir la campaña” y ser la responsable de la baja participación.

Los de Rivera festejaron unos resultados que son en realidad, engañosos. Es cierto que duplica el número de escaños, pero no logra superar al PP, de modo que, más allá de Andalucía, en la arena estatal tendrá que seguir pugnando con Pablo Casado por liderar la derecha y ser el jefe de la oposición frente a un Sánchez debilitado con la derrota de Díaz.

El líder liberal no perdió la ocasión de golpear al presidente del Gobierno. Le reclamó que convoque las elecciones generales y atribuyó la caída en Andalucía al apoyo de los independentistas en la moción de censura.

“El sanchismo hoy sale tocado, señor Sánchez, no es gratis pactar con [Gabriel] Rufián, con [Quim] Torra, con [Carles] Puigdemont. Los andaluces han tomado nota. No es gratis y tampoco le va a salir gratis entregar la economía a [Pablo] Iglesias”, señaló, para lanzar ya su primer mensaje de una precampaña de legislativas espoleada por el resultado andaluz: “Os prometo que vamos a intentar reconstruir todo lo que Sánchez se está cargando”.

 Los análisis postelectorales en los próximos días determinarán si el boquete de la fuga a la ultraderecha ha sido mayor en PP o en Cs, pero por lo pronto frena las expectativas de ambas fuerzas y reconfigura el pulso que liberales y conservadores mantienen desde principio de año: ahora son tres.