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El candidato a Andalucía, Francisco Serrano (d), acompañado del presidente de Vox, Santiago Abascal. PEPO HERRERA

Publicado por
Ramón GORRIAGÁN Periodista
León

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E l giro a la derecha en Andalucía no ha sido la única sorpresa. La sentencia de las urnas también ha provocado una conmoción entre sociólogos, politólogos e institutos demoscópicos. Y es que nunca antes en España las encuestas preelectorales se habían equivocado tanto. Ninguno de la docena larga grandes estudios publicados en el último mes y medio (no así la noche electoral) fue capaz de predecir la gran subida de Vox ni la fuerte caída del PSOE, las dos claves de la jornada. El cuestionado CIS de José Félix Tezanos y su cocina han sido, con mucho, los peor parados, a pesar de que esta encuesta cuenta con muchos más medios que el resto. El centro vaticinó que Susana Díaz con Adelante Andalucía iba a poder formar gobierno, sobre todo porque el PSOE obtendría más de un 37% de los sufragios, diez puntos más que lo que realmente ha sumado. A pesar de que el CIS siempre marca tendencia, ninguno de los estudios posteriores se atrevió a llegar tan lejos en los buenos resultados de los socialistas, pero tampoco nadie predijo el descalabro. Sólo una encuesta vaticinó que el PSOE podría bajar del 30%. El auge de la ultraderecha solo fue visto por GAD3 (para ABC) que en su última entrega la misma noche electoral vaticinó entre 8 y 10 diputados frente a los 12 que obtuvo.

La irrupción de Vox (aunque ni mucho menos con esa fuerza) es el único mérito que se puede reconocer al CIS. Fue el primero en predecir que podría entrar en el Parlamentoandaluz, pero sólo le daba un 3,17% de los sufragios frente al 10,97% que finalmente ha obtenido. Ningún estudio de los publicados hasta la noche electoral (Aurea, Imop, CIS, Metroscopia, GAD3, Deimos, SyM, NC Report, Celeste, Top Position , Sigma Dos o Invymark, 40dB o Sociométrica) dio a Vox más de un 7%, aunque sí es cierto que conforme avanzaba la campaña todos los sondeos mejoraban sus previsiones al partido de Abascal. Las grandes empresas apuntaban, con un arco amplio, al famoso triple empate entre PP, Ciudadanos y Adelante Andalucía. Y a mucha distancia, la ultraderecha.

«Desde luego la subida de Vox ha distorsionado todo. Las encuestas no supieron prever su subida porque ha sido un voto de ultimísima hora, fruto, quizás, del desafecto y el hartazgo», explica Ángel Cazorla, vicedecano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Granada.

‘Ayuda’ en campaña

De idéntica opinión es Juan Montabes, uno de los responsables del Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa), el ‘CIS andaluz’. «No creo hayan fallado tanto las encuestas porque el despegue de Vox ha sido un fenómeno de los últimos días». «El resto de partidos le han hecho una campaña magnífica a Vox en la última semana», recalca Montabes, quien incide en que GAD3 «prácticamente lo clavó» porque la encuesta que hizo pública el domingo se basaba en encuestas de «ultimísima hora».

«Hay otro hecho importante. Hasta ahora la gente veía el voto a Vox como indeseable y por eso puede ser que lo ocultaran», apunta Cazorla, en sintonía con las explicaciones de los responsables de dos de las empresas demoscópicas concernidas por la falta de acierto. Montabes, sin embargo, no lo ve así. «No es necesariamente voto oculto. Al final los votantes de Vox han venido de esa tercera parte de encuestados que aseguraba que iba a votar aunque no sabían a quién», afirma el profesor del ‘CIS andaluz’. «También es muy difícil hacer pronósticos con la debilidad brutal de los anclajes partidistas», defiende Cazorla, apuntando a la falta de fidelidad de los votantes a las formaciones de unas elecciones a otras, «particularmente en el caso del PSOE». «Se están dando trasvases de votos imposibles hace solo diez años», abunda el profesor.

Para complicar más los pronósticos, apunta Cazorla, ha existido una «abstención punitiva» hasta ahora desconocida. Votantes (mayoritariamente del PSOE) enfadados que se han quedado en casa. «Ha sido increíble, apostilla Montabes, la desmovilización. Sólo un 55% de votantes del censo cuando la media de las elecciones venía siendo un 66%. Así es muy difícil acertar».

Fuera de la demoscopia, también hay explicaciones politológicas sobre el fracaso de las encuestas. «Hay dos hechos nuevos que quizás no han visto los sondeos. En la campaña han irrumpido elementos ajenos a Andalucía como es la situación en Cataluña. Además, estos comicios, más que nunca, se han visto en clave nacional, con un votode castigo a Pedro Sánchez, probablemente por su gestión la crisis territorial», argumenta Ángel Valencia, catedrático de Políticas de la Universidad de Málaga.