Diario de León

El PP ensaya la cohabitación con Vox y Cs en la derecha

Dan por sentado que el partido de Abascal entrará en el Congreso.

Santiago Abascal saluda durante el acto público que el partido celebró en Teruel. ANTONIO GARCÍA

Santiago Abascal saluda durante el acto público que el partido celebró en Teruel. ANTONIO GARCÍA

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NURIA VEGA | MADRID

Puede que el auge de Vox sea «coyuntural» y «no estructural». Pero al PP no le cabe duda de que en el corto y medio plazo el partido de Santiago Abascal es una «realidad» que los conservadores tendrán que asumir y gestionar. Los dirigentes de Pablo Casado ven en su llegada al Parlamento de Andalucía el preludio de lo que ocurrirá en las elecciones generales. Dan por sentado que la derecha extrema entrará en el Congreso. Así lo señala su percepción política y lo corroboran los sondeos que manejan. Y, si bien contar con un nuevo socio puede tener ciertas ventajas, los populares no olvidan los riesgos.

Tan importante es la conclusión como el diagnóstico, por lo que en Génova y en el grupo parlamentario se reflexiona sobre qué ha ocurrido para que en seis meses el ritmo vertiginoso de la política les haya llevado de estar la Moncloa a compartir el centroderecha con otros dos partidos. El análisis del PP en ningún caso atribuye a la derechización de su propio discurso de la mano de Casado, un movimiento que niegan, el haber validado el mensaje de Vox. Creen que las causas que están detrás del impulso de Abascal forman un cóctel que ha propiciado el «cabreo» de su electorado más conservador. Entienden que el desafío del secesionismo en Cataluña, percibido como una «ofensa» en un sector de sus votantes, y la templanza del Gobierno de Mariano Rajoy son el caldo de cultivo. A eso suman la llegada de Pedro Sánchez al Ejecutivo con el apoyo de Podemos y los partidos catalanes. Todos los fantasmas de la derecha.

«El discurso del PP se había diluido y han llegado los de Vox rechazando de la manera más visceral el independentismo y se han llevado a parte de los votantes», apunta un destacado diputado nacional. En su opinión, en cambio, no tendría sentido entrar a pugnar por esa porción del electorado. «Ese voto está perdido, no hay que pelear por recuperarlo. Por ahora, el que se ha ido, se ha ido por muy radicales que nos pongamos. Nosotros tenemos que defender lo nuestro». En la dirección comparten esta última percepción. De la experiencia aseguran haber aprendido que venderse sólo como eficaces gestores no funciona. Si el equipo de Casado ha extremado sus mensajes.

CASTILLA Y LEÓN, SEGURO

El PP da por hecho que se va a ver obligado a ciertos malabarismos. Según calculan fuentes populares, Vox podría arrastrar un voto significativo en regiones como Castilla y León, Madrid, Comunidad Valenciana o Castilla-La Mancha. Tejer pactos con Vox y Cs es la opción para recuperar el poder. Ven, de hecho, Andalucía como un «laboratorio» en el que ensayar los pactos que pueden exportarse después a otras comunidades o a nivel nacional.

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