Un lustro en política de una amante del flamenco
Cuando Marta Bosquet se afilió a Ciudadanos en 2013, nada le hacía presagiar que el partido se convertiría en su vida. Que acabaría dejando la asesoría jurídica que llevaba con su hermano y sus paseos junto al mar en su Almería natal para ir al Parlamento andaluz en 2015. Y mucho menos que en apenas una legislatura sería protagonista del vuelco político en Andalucía al convertirse en la primera presidenta de derechas de la cámara andaluza. Una tarea en la que tendrá que emplear toda la mano izquierda y la capacidad de diálogo que le atribuyen sus compañeros de escaño, que la definen como una «trabajadora nata» a la que nunca se le cae la sonrisa.
Nacida en Almería en 1969, está separada y es madre de dos hijos que ayer la arroparon en su designación al frente de la cámara regional. Aunque había coqueteado con una formación escindida del PP años antes, hace cinco años vislumbró el potencial de acción de Ciudadanos y se afilió, convirtiéndose en uno de los pilares de la expansión del partido en la provincia. A base de trabajo y dedicación, echando muchas horas, llegó a la directiva regional erigiéndose como mano derecha del presidente andaluz, Juan Marín, quien siempre la tuvo en mente para este puesto.
En apenas unos años ha protagonizado una carrera meteórica dentro de las filas naranjas. Cuando no está atendiendo sus responsabilidades políticas desconecta con el flamenco.