Ciudadanos preside el Parlamento andaluz gracias al voto necesario de Vox
La formación de Abascal reclama además participar en el pacto programático para apoyar la investidura del candidato del PP.
cecilia cuerdo | sevilla
La diputada de Ciudadanos Marta Bosquet se convirtió ayer en la segunda mujer que presidirá el Parlamento andaluz y la primera que no pertenece a un partido de izquierdas. El bloque que conforman PP y Ciudadanos evidenció este jueves el giro político a la derecha que se avecina en Andalucía con el apoyo imprescindible de Vox. El pleno de constitución de la Cámara dejó entrever que se avecina una legislatura convulsa con dos bloques bien definidos a derecha e izquierda. Para terminar de añadir tensión, la formación de ultraderecha afirmó que hará valer su apoyo a favor de la investidura del candidato del PP, Juan Manuel Moreno, y quiere ser incluida en la negociación programática.
El pleno siguió el guión previsto. Se confirmó la renuncia de Adelante Andalucía a aceptar el puesto en la Mesa que le cedía Ciudadanos sin reclamar nada a cambio, pero usándoles para presumir de pluralidad y blanquear el acuerdo con Vox. Un entendimiento que incomoda a los liberales en puertas del ciclo electoral. Además de la Presidencia del Parlamento, el partido que encabeza Juan Marín obtuvo una vicepresidencia, mientras que PSOE y PP se hicieron con las otras dos y otras tantas secretarías.
El partido de Santiago Abascal logró la tercera secretaria con una «cadena de favores» en la que los de Marín votaron al PP y los populares a Vox, logrando así la cuadratura de que la ultraderecha obtuviera el sitio que reclamaba como condición para apoyar un liderazgo de Ciudadanos sin que estos tuvieran que implicarse directamente.
La coalición de Podemos e IU es por tanto la única que queda fuera de la Mesa, por lo que nada más terminar la votación reclamó su derecho, recogido en el reglamento, a estar presente. Los socialistas apoyaron la exigencia de Adelante Andalucía, pero quedó claro que las cosas han cambiado y ahora son minoría y tendrán que esperar a que los partidos tomen por unanimidad la decisión de admitirles de forma simbólica con una vocalía sin voto. Eso sí, la situación dio pie a que el PSOE se estrenara como oposición cargando contra Ciudadanos y su líder, Albert Rivera, por haber permitido esa entrada de Vox en el órgano rector de la Cámara, el hecho «más grave de la historia de la autonomía andaluza» y que llegó a comparar con el momento en que la UCD pedía el ‘no’ para el estatuto que situó a la región al nivel de las comunidades históricas.
Más allá del berrinche de Adelante Andalucía, la sesión se complicó con la fórmula de promesa del cargo de diputados. La nueva presidenta, Marta Bosquet, que no paró de llamar al orden a unos diputados en tensión, quiso agilizar la sesión pidiendo que los diputados prometiesen desde el escaño.
Tras la constitución del Parlamento, la presidenta deberá llamar ahora a consultas a los partidos para sondear cuál tiene apoyos suficientes para sacar adelante la investidura. Desde Vox levantaron la mano para apuntar que su apoyo se ha limitado hasta el momento al Parlamento, y que si el PP y Ciudadanos quieren la presidencia de la Junta deberán incluirles en el acuerdo programático. «Apoyaremos a quien tengamos que apoyar, pero después de sentarnos a hablar como ha hecho el PP con Ciudadanos», dijo el candidato de la formación, Francisco Serrano.
Una demanda que los populares no tienen problema en atender, según apuntó el líder popular. Más reticentes se mostraron en la formación naranja, donde consideran que el acuerdo cerrado entre los dos partidos es intocable aunque abren la puerta a cambios a lo largo de la legislatura, una vez el Gobierno eche a andar.