¿Es Vox un partido machista?
La formación de Abascal lo niega mientras le llueven las críticas por su firme oposición a las leyes de igualdad de género. Las declaraciones de sus dirigentes no ayudan a disipar las dudas.
ANDER AZPIROZ | MADRID
¿Es Vox un partido machista? Esta es la acusación que le ha llovido a la formación que lidera Santiago Abascal a lo largo de toda la semana. El motivo ha sido el ultimátum que lanzó el miércoles a Partido Popular y Ciudadanos para que renunciasen a dotar de más fondos a la lucha contra la violencia de genero si quieren contar con el apoyo de sus doce diputados para gobernar Andalucía, tras casi cuatro décadas de hegemonía socialista. Pero Vox no considera que esto sea motivo para que se le catalogue como un partido machista, como también rechaza de plano que se le tache de extrema derecha. Según defienden los de Abascal, el partido está a favor de la libertad y de la igualdad, pero en contra del «feminismo supremacista» y el «totalitarismo de género». Esta posición se ha tergiversado, según Vox. Entre otros, por Ciudadanos, cuyos «voceros mediáticos» han llegado a proferir las más aberrantes descalificaciones como que se apoya la violencia contra las mujeres», algo que, se añade, es comprar el discurso de Susana Díaz, según el cual Vox ampara a los maltratadores.
Para Vox no se trata de ser machista o feminista, sino de ser igualitario con todas las consecuencias, se sea hombre o mujer. Para lograrlo apuesta por «la derogación de la ley de violencia de género y de toda norma que discrimine a un sexo de otro». Sea machista o no, las declaraciones públicas de algunos de sus dirigentes no ayudan a disipar las dudas. Especialmente las del número uno de la candidatura en las pasadas elecciones andaluzas. Según un tuit del juez en excedencia Francisco Serrano, «lo que no hay son mujeres liberales que se proclamen putas, brujas y bolleras. Eso está reservado para piojosas de ultraizquierda».
Para Ángel Cazorla, vicedecano de la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de Granada, no cabe duda de que «entre las bases ideológicas de Vox está el machismo». El profesor recuerda que la formación de extrema derecha «nace de sectores que estaban aglutinados dentro del PP pero que provienen de Fuerza Nueva».
En cualquier caso, el auge de Vox y su atracción hacia una parte del electorado no es un fenómeno que se pueda explicar por un único factor, como pudiera ser el machismo. Y eso que, según Cazorla, «por desgracia la sociedad española da muestras de que ha mamado una cultura profundamente machista». Existe un dato que resulta contradictorio en cuanto al examen al que se pueda someter a Vox sobre este asunto. Por un lado, las encuestas reflejan que un 70% de sus votos son masculinos. Eso deja un 30% a mujeres que, supuestamente, apoyarían a una fuerza política que cuestiona sus derechos de género. Cazorla destaca que Vox es un «contenedor en el que se acumulan distintos motivos para decidir el voto». Y en ese potaje se pueden incluir razones de todo tipo, desde el rechazo a la inmigración a la falta de respuesta de las administraciones a los problemas personales. Ese voto de protesta ante lo que se considera injusto es lo que el vicedecano de la Universidad de Granada define como desafección punitiva. Es decir, si unos te fallan, les castigas apoyando a sus adversarios. No obstante, continúa el profesor, dentro de ese 30% de apoyos femeninos a Vox se pueden marcar diferencias.
La primera, la de aquellas mujeres que piensan igual que las que formaron la sección femenina de Falange antes de la Guerra Civil y hasta la llegada de la democracia. Las otras, incide el profesor, son otras personas que coinciden en el contender que ofrece Vox y que a cambio «exoneran los mensajes machistas de la formación».
El profesor Cazorla concluye: «Las estadísticas están ahí y dejan claro que son una amplia mayoría las mujeres que sufren violencia de género».