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El rey reivindica la bandera como símbolo «de todos» ante los militares y los políticos

Felipe VI ensalza los «valores democráticos» del Ejército y la figura de la mujer en la apertura del año castrense.

Fernando Grande Marlaska, Pedro Sánchez, el rey Felipe y la reina Letizia durante la celebración de la Pascua Militar. CHEMA MOYA

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León

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MATEO BALÍN | MADRID

El rey realizó ayer un alegato de la bandera nacional en su discurso de la Pascua Militar, el solemne acto anual celebrado en el Palacio Real y que ejemplifica el comienzo del curso militar. Vestido con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, Felipe VI recordó que el pasado año se celebró el 175 aniversario «del uso de nuestra enseña nacional», una bandera «que simboliza el conjunto de nuestra Nación y que es signo de soberanía e independencia, de su unidad e integridad».

Ante la atenta mirada de la Reina y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que asistió a su primera Pascua Militar acompañado de los ministros de Defensa e Interior, el rey recordó que la bandera es «de todos» y su escudo, «un reflejo de nuestra historia y diversidad». Y subrayó que la rojigualda representa «la confianza en el futuro» y el deseo de seguir construyendo «una sociedad libre y democrática». El jefe del Estado deslizó así una referencia integradora ante el Gobierno y la cúpula militar no exenta de ciertas connotaciones políticas. Lo hizo en un momento en que los símbolos nacionales están cada día en el debate partidista, más si cabe tras la irrupción de Vox en la últimas elecciones andaluzas o la permanente presencia del conflicto catalán en el vaivén político desde el ‘procés’ independentista.

Acompañado por los mandos de las Fuerzas Armadas al completo, Felipe VI aprovechó su discurso más militar del año para ensalzar los «valores democráticos» del Ejército, de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de los servicios de inteligencia al cumplirse los 40 años de la Constitución en diciembre pasado. Un «compromiso indispensable», reafirmó, que tiene como objetivo «la consecución y el mantenimiento de la estabilidad y la seguridad de España».

Como mando supremo de las Fuerzas Armadas, Felipe VI remarcó la conducta «ejemplar» de los militares —no hubo mención, eso sí, al golpe de Estado de 1981—, «basada en la Constitución y las Reales Ordenanzas» y el que siempre cumplan su tarea con «honor, lealtad y abnegación en defensa de la seguridad y libertad de todos los españoles y de sus instituciones democráticas», dijo.

El rey recordó a los militares y guardias civiles fallecidos en acto de servicio, en particular, a causa del terrorismo, al que —proclamó— se pudo derrotar con «el apoyo de la sociedad y la legitimidad y firmeza del Estado de derecho».

LA MUJER MILITAR, UN ‘HITO’

Al igual que la ministra de Defensa Margarita Robles mencionó los 30 años de la incorporación de la mujer a la profesión militar, «uno de los hitos más significativos y necesarios en su proceso de modernización». El mismo tiempo que lleva España en misiones de paz en el exterior tras formar parte el 3 de enero de 1989 de la operación de Naciones Unidas en Angola. En la actualidad, son alrededor de 3.000 militares y guardias civiles los que hay desplegados en 16 misiones en cuatro continentes bajo el paraguas de la Otan , la ONU y la UE.

Felipe VI echó la vista atrás para rememorar las hazañas y el legado de Juan Sebastián Elcano o del conquistador portugués Magallanes en el siglo XVI, la primera expedición que lograría la «conexión global» entre personas de diferentes continentes y civilizaciones. «Un legado que, como españoles, podemos sentirnos orgullosos», afirmó.

La Pascua Militar es una conmemoración que instauró Carlos III como expresión de agradecimiento a los mandos militares después de que España recuperara la localidad menorquina de Mahón de manos inglesas, el 6 de enero de 1782.