El Gobierno se repliega ante el desafío de Torra
Sánchez insiste en que la independencia no es posible y llama a «buscar soluciones».
paula de las heras | madrid
El Gobierno no admite las críticas el PP y Ciudadanos, que en los últimos días le han acusado de permanecer impasible ante los desafíos del presidente de la Generalitat, Quim Torra. La portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, defendió ayer que es la Junta Electoral Central (JEC) la encargada de velar por la limpieza de los procesos electorales y que una intervención del Ejecutivo no habría estado justificada. «Estamos —dij— a su disposición» El único papel que ha desempeñado el Gobierno en la polémica que comenzó hace diez días, cuando la Junta atendió la denuncia de Ciudadanos y ordenó a Torra retirar de los edificios públicos todos los lazos amarillos y las banderas esteladas, ha sido, precisamente, el que le concedió el propio organismo supervisor: la elaboración de informes para certificar el cumplimiento de sus instrucciones. Y, según Celaá, lo hizo «con diligencia y eficacia».
La orden de retirada de los lazos, que finalmente se empezó a cumplir hoy, después de que la JEC denunciara a Torra ante la fiscalía y le abriera expediente, se fundamenta en la ley orgánica del régimen electoral general (Loreg) que obliga a los poderes públicos a mantener la neutralidad desde el momento en el que se convocan los comicios hasta su celebración.
La Junta entiende que los lazos amarillos y otros emblemas a favor de los dirigentes independentistas en prisión preventiva son símbolos partidistas y que, por lo tanto, no deben exhibirse en las instituciones en este momento.
Confrontación Frente a los reproches de Pablo Casado y Albert Rivera, Celaá replicó que en la «anterior convocatoria electoral», los comicios del 21 de diciembre en Cataluña, también hubo símbolos secesionistas en las instituciones comunes «y no ocurrió nada».
En realidad, sí que ocurrió. La misma polémica que se está dando ahora se produjo entonces, solo que no con los edificios de la Generalitat sino con los ayuntamientos. Pero es verdad que el Ejecutivo de Mariano Rajoy también consideró que no debía intervenir.
Pedro Sánchez argumentó desde Bruselas que su Gobierno no va a hacer nada para «alentar la confrontación» y pondrá su empeño en «buscar soluciones». «La independencia —subrayó— no se va a producir, lo saben la derecha y el independentismo». «Lo que nos importa es la convivencia. Creo que si hay una oportunidad el próximo 28 de abril es que haya una amplia mayoría de catalanes y del conjunto de españoles que demos un paso al frente y apostemos por la política y las soluciones», retieró. El jefe del Ejecutivo, que no quiso pronunciarse sobre la decisión de Torra de querellarse contra la Junta Electoral Central («tiene las opciones que considere»,) adujo así que lo que ha puesto de manifiesto la polémica de los lazos es que hay «partidos de distinta índole que estar en enquistar los problemas» y que existe un problema de convivencia. «Es evidente que las instituciones públicas tienen que garantiza la neutralidad», subrayó.