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Sánchez asegura que no le temblará el pulso para aplicar de nuevo el 155

El líder del PSOE lanza un guiño a Cs ante un posible pacto de legislatura tras el 28-A.

Pedro Sánchez durante la clausura de la convención municipal del PSC en Tarragona. JAUME SELLART

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León

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ander azpiroz | madrid

El desliz de Miquel Iceta, primer secretario del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), al opinar que quizá se debería abrir la puerta a un referéndum en Cataluña si el apoyo a la secesión alcanza un 65% de la población en esta comunidad, ha causado un efecto dominó en la precampaña del 28 de abril. La primera ficha en caer fue la del centro derecha. Tanto Ciudadanos como el PP se apresuraron en denunciar que Pedro Sánchez y los socialistas tienen una hoja de ruta pactada con las fuerzas soberanistas para que el candidato del PSOE retenga la Moncloa.

Pablo Casado, tras el patinazo de Adolfo Suárez Illana a cuenta de los neandertales y el aborto, abanderó de inmediato la unidad de España para contener la sangría de votos que le auguran las encuestas. «Ese pacto ya está fraguado y no nos lo están ocultando», mantiene el líder de los conservadores. Albert Rivera no se quedó atrás: «Es inaceptable que el PSOE esté aceptando un referéndum de independencia donde solo voten una parte de españoles contra el resto».

Sánchez, que hasta ahora había tratado de pasar de soslayo sobre el problema catalán, se vio ayer obligado a entrar de lleno en la cuestión. Primero, porque en su ruta electoral le tocó clausurar la Convención Nacional de los socialistas catalanes en Tarragona, precisamente la provincia menos secesionista de Cataluña. Segundo, porque con unos sondeos que le dan como ganador el 28-A y su posición sobre el soberanismo se antoja crucial para evitar la mudanza de la Moncloa. Con estos mimbres, el candidato socialista mostró ayer su versión más severa frente al secesionismo, en especial hacia la versión más radical que representan Carles Puigdemont y Quim Torra.

Sánchez fue contundente. «La independencia no se va a producir», dijo en una entrevista a El Periódico este domingo. Después, fue más allá y alcanzó el campo de las amenazas: «Si la Generalitat vuelve a la unilateralidad, el Gobierno de España actuará con serenidad, calma y proporcionalidad». Advirtió así al separatismo de que, como presidente, no le temblará el pulso a la hora de aplicar un nuevo 155 , medida que para salir adelante necesita de la mayoría absoluta en el Senado que los sondeos conceden al PSOE.

El secretario general del PSOE rompió una lanza en favor de Iceta. Si se atiende al sentimiento de fidelidad, no es para menos. Pero Sánchez, a la vez, trató de desmarcarse de las ideas de una consulta que apoyan las formaciones a su izquierda, pero que es inasumible para Ciudadanos. Y es que, pese al veto anunciado por Rivera a cualquier pacto con el actual presidente del Gobierno, pesa la aritmética de las encuestas.