La democracia despide a Rubalcaba
Alfredo Pérez Rubalcaba, el hombre que lo fue prácticamente todo en la política española de los últimos 40 años, ha sido despedido este sábado en el Congreso de los Diputados casi como si hubiera sido un presidente del Gobierno, uno de los pocos cargos que no llegó a ocupar. La prueba es la amplísima representación del poder de las últimas décadas que ha acudido al salón de los pasos perdidos de la cámara baja para despedirse del exvicepresidente del Ejecutivo, encabezada por los Reyes eméritos, Don Juan Carlos y Doña Sofía.
La capilla ardiente se ha reabierto a las nueve y diez de la mañana y ya eran cientos los ciudadanos que hacían cola para rendir homenaje al exsecretario general del PSOE. Su sucesor y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha llegado minutos antes para acompañar a la familia de su compañero en la capilla ardiente junto a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y una representación del actual Ejecutivo socialista, que ha ido aumentado según pasaban las horas. Sánchez intentó hace unas semanas recuperarle como candidato a la alcaldía de Madrid para esta campaña electoral, que ha tenido que interrumpirse por una muerte que ha conmocionado el socialismo.
La figura de Pérez Rubalcaba era uno de los pocos nexos de unión entre el PSOE del pasado y el del presente. Lo demuestra la presencia en la cámara baja de una nutridísima representación de los dos Gobiernos de los que formó parte: el de Felipe González, encabezada por el propio expresidente y que ha contado también con exvicepresidentes como Alfonso Guerra y Narcís Serra, y el de José Luis Rodríguez Zapatero, con los también exvicepresidentes Pedro Solbes, Elena Salgado y Manuel Chaves (a quien Pedro Sánchez ha parecido evitar).
CLAVE PARA LA MONARQUÍA
La presencia de los reyes emeritos también ha sido muy simbólica. Felipe VI, que acudió este viernes a rendirle homenaje, sabe que Rubalcaba fue clave en el engranaje que le permitió llegar al trono sin grandes turbulencias: era de los pocos a quienes Juan Carlos contó su intención de abdicar y el líder socialista llegó a retrasar su dimisión, que su partido le exigía y él deseaba, para aguantar las costuras de un PSOE en el que afloraban los sentimientos republicanos. Con el consiguiente desgaste personal, porque entonces no se sabía que él formaba parte de aquella operación de Estado.
Don Juan Carlos y Doña Sofía han sido recibidos en la puerta del congreso por Pedro Sánchez y Ana Pastor. Posteriormente han dado el pésame a la viuda del exlíder socialista, Pilar Goya, y al resto de su familia, le han rendido homenaje frente al féretro (que el rey ha querido tocar levemente) y, tras santiguarse, han permanecido un tiempo sentados en la capilla ardiente. Una media hora después han salido y Felipe González, que había llegado poco antes, se ha acercado a saludarlos. La estampa del rey, el expresidente socialista y el actual líder del Ejecutivo recordando a Pérez Rubalcaba probablemente sea la imagen de la jornada.
RESPETO DE LOS RIVALES
La presencia del exaltos cargos del PP ha sido, asimismo, significativa, con exministros como Federico Trillo, Pilar del Castillo, Juan Ignacio Zoido o Dolors Monserrat. Rubalcaba fue la figura que eligieron los populares para sembrar sombras tras el 11-M o defenderse en los inicios del caso Gürtel. En su época de ministro de Interior, le acusaron de poner a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, la Fiscalía y los servicios secretos a montar un hipotético complot contra la formación conservadora. Sin embargo, fuera del foco los dirigentes del PP siempre reconocieron su admiración por su contrincante y muchos de ellos tuvieron una relación personal profunda con él.
También varios políticos catalanes han querido despedirse del exvicepresidente. Además de líderes del PSC de ayer y hoy como José Montilla, Pere Navarro y Miquel Iceta, ha acudido la senadora del PDCat Marta Pascal, con quien Rubalcaba se reunió recientemente de forma discreta para sondear su posición sobre el conflicto catalán. Asimismo, ha habido presencia de otras fuerzas parlamentarias, como el líder de Ciudadanos, Albert Ribera, y los portavoces parlamentarios de Unidas Podemos, Irene Montero, y el PNV, Aitor Esteban, así como de la sociedad civil, con los cantantes Ana Belén y Víctor Manuel.