ELECCIONES DEL 26 DE MAYO
Sánchez se vuelca en Madrid para arrebatar una plaza clave al PP
Los socialistas creen que Gabilondo presidirá la comunidad con Podemos y Errejón. El PSOE ultima un pacto para la Mesa del Congreso, sin Vox ni los independentistas
Hay tantas batallas como elecciones el próximo 26 de mayo. La lucha por el liderazgo del independentismo entre ERC y Junts per Catalunya. La pugna por la hegemonía de la derecha entre el PP y Ciudadanos. El resultado global de los comicios locales en Andalucía, donde los socialistas se vieron obligados el pasado diciembre a abandonar la Junta tras 36 años en el poder. Hay unas elecciones europeas, hay 12 autonomías y hay más de 8.000 municipios en juego. Pero ninguna plaza tiene tanto poder simbólico, ni su desenlace en las urnas traerá tantas consecuencias, como Madrid. La comunidad y el ayuntamiento. Todos los partidos lo reconocen y apuestan fuerte. También el PSOE, cuyo líder, Pedro Sánchez, se estrenó este lunes en campaña, tras la suspensión motivada por la inesperada muerte de Alfredo Pérez Rubalcaba, con un paseo por el distrito de Vallecas.
Los socialistas no gobiernan esta autonomía desde 1995. Esta vez, en cambio, creen que su ejecutivo está a su alcance. Señalan la macroencuesta preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), difundida la semana pasada, que coloca a su candidato, Ángel Gabilondo, con muchas posibilidades de llegar al Ejecutivo a través de un pacto con Unidas Podemos y Más Madrid, el nuevo partido de Íñigo Errejón y Manuela Carmena. Ni el auge de Cs, ni la irrupción de Vox parecen capaces de impedir el vuelco, y el PSOE cree que la tendencia ha ido acentuándose en los últimos tiempos, gracias al arrastre de su incontestable victoria en las recientes generales. En el consistorio de la capital las expectativas son mucho más modestas, pero en el partido de Sánchez, que se implicó mucho en el nombramiento de Pepu Hernández como candidato a alcalde, anticipan que mejorarán los resultados de hace cuatro años. No rebasarán a Carmena, reconocen, pero Madrid ciudad no volverá a estar en manos de la derecha.
Así que Sánchez paseó ayer durante unos 700 metros por Vallecas, antes de reunirse, junto a Gabilondo y Hernández, con vecinos del distrito. Prueba de la importancia que el presidente en funciones concede a esta batalla es que el viernes estará en Alcalá de Henares, convirtiendo Madrid en la única autonomía que pisará en dos ocasiones durante esta semana de mítines. Lo primero que escuchó el líder socialista fue una petición de los viandantes.
"¡CON RIVERA, NO!", LE DIJERON
Sánchez tiene asumido que la alianza con los naranjas, que le daría en el Congreso una mayoría bastante más sólida que la de un acuerdo con Unidas Podemos y los minoritarios, es imposible. También en Madrid, donde el candidato de Cs a la comunidad, Ignacio Aguado, se ha comprometido a no pactar en ningún caso con Gabilondo, como hizo Albert Rivera con Sánchez.
Poco después, cuando estaba esperando a cruzar la calle, un periodista le preguntó: "Presidente, habrá luz verde a un Gobierno con Podemos?"
"¿Has visto? Está en rojo ahora", contestó el secretario general del PSOE, señalando al semáforo. Pero inmediatamente después se puso en verde, y el jefe del Ejecutivo cruzó.
UN PROCESO "LARGO"
Mientras los socialistas se arman de razones para no formar un Gobierno de coalición, los morados insisten en esa fórmula para que la legislatura arranque en el Congreso. "Estoy convencido de que vamos a gobernar juntos dijo este lunes el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias-. Pero ese punto de llegada va a implicar un proceso largo que se va a iniciar después de las elecciones del 26 de mayo".
Aquí los socialistas coinciden. El Gobierno central no se desatascará hasta después de los comicios municipales, autonómicos y europeos. Pero antes tiene que haber otro entendimiento muy relevante: la composición de la Mesa del Congreso. Más allá de los nombres, el pacto ya está casi a punto. Como publicó este diario el pasado miércoles, los socialistas tendrían tres de los nueve puestos, y después el PP, Cs y Podemos tendrían dos cada uno, quedando fuera tanto Vox como los independentistas. De esta forma, el órgano de gobierno de la Cámara baja, fundamental para aprobar iniciativas, sería de mayoría progresista. "En la Mesa no tienen que estar representados todos los grupos parlamentarios", dijo este lunes la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, que suena como posible presidenta del Congreso.