España elige entre dar más poder al PSOE o ponerle un contrapeso
Los socialistas aspiran a mantener sus autonomías y conquistar Madrid, Murcia y Castilla-León. La supervivencia de Casado depende de si el PP logra revalidar sus gobiernos en territorios clave
A finales de la campaña de las generales del 2011, teniendo interiorizado que tenía poco que hacer frente a Mariano Rajoy, el recientemente fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba dijo: "Lo que está en juego no es la mayoría absoluta, sino el poder absoluto del PP". Con muchos matices, y cambiando las siglas, la frase es aplicable a la coyuntura actual. Los socialistas vienen de arrasar en las generales del pasado 28 de abril, y aunque Pedro Sánchez aún no ha sido investido como presidente del Gobierno, pocos dudan de que lo será pronto. Este domingo viene una segunda vuelta, en forma de autonómicas, municipales y europeas, que puede acabar de teñir España de rojo, con Podemos de comparsa, el PP debatiendo sobre el liderazgo de Pablo Casado, Cs apostando por rebasar a los conservadores y Vox intentando influir en el bloque de la derecha tras unos resultados en las legislativas que supieron a poco en el partido ultra.
El PSOE, al que todas las encuestas dan como vencedor en las europeas, algo que podría llevar al candidato Josep Borrell a asumir un puesto en la Comisión, ya gobierna en Asturias, Aragón, Baleares, Castilla-la Mancha y Extremadura, territorios a los que hay que sumar Valencia, que revalidó el poder de Ximo Puig hace un mes. No solo aspira a conservarlos, sino también a hacerse con Madrid, Castilla y León y Murcia, un vuelco que tendría una enorme importancia cara a la próxima legislatura, en la que Sánchez ya ha dejado claro que quiere aprobar una nueva financiación autonómica.
Ningún territorio tiene más peso que Madrid en el futuro de Casado. El líder del PP, que en las generales solo obtuvo 66 escaños, se juega su supervivencia este domingo, con varios dirigentes apostando ya por forzar su salida. Si el PP no retiene esta comunidad y se despide también de otras como Murcia y Castilla y León, Casado, que en esta campaña ha lucido un perfil más centrista que en la de las generales, tendrá muy difícil seguir donde está.
LIDERAZGO DE LA OPOSICIÓN
La carta de Albert Rivera, que hace un mes se quedó a solo nueve diputados de Casado, pasa por adelantar a los conservadores en las plazas más importantes, intentar pactar a su derecha y a su izquierda en los territorios y reforzar su discurso de que él es, en realidad, el líder de la oposición. Es un escenario que pone nerviosos a los socialistas: el líder naranja extremaría su choque con Sánchez, anticipan en el PSOE, dejando al presidente poco margen para pactar leyes con Cs y empujándole a una coalición como la que reclama Pablo Iglesias, en la que Podemos podría hacerse con algunos ministerios de los no considerados de Estado.
Pero los morados tampoco pasan por su mejor momento. Su capacidad para que los socialistas dependan de ellos es menor que hace cuatro años en territorios como Madrid, debido a la escisión de Íñigo Errejón, y Castilla-la Mancha, donde pueden no entrar, o tener una representación testimonial, en su parlamento autonómico. El resultado del domingo tendrá una enorme influencia en su fuerza para llevar a Sánchez hasta la ansiada coalición.
Y por último, Vox, cuyo margen para revolucionar el tablero político parece ahora menor que hace unos meses. Su poder de convocatoria ha disminuido en estas dos semanas de campaña.