Diario de León

La quiebra del independentismo deja sin opciones a Pedro Sánchez

El ‘sí’ de ERC y JxC, con el resto de fuerzas nacionalistas, habría permitido la investidura.

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c. reino/p. de las heras | barcelona

Fractura en el independentismo e investidura. Pueden parecer asuntos ajenos pero todo en la política española está relacionado. La investidura de Pedro Sánchez está aumentando la enorme grieta que se ha abierto entre JxCat y ERC como consecuencia de los pactos de gobierno en la Diputación de Barcelona y en algunos ayuntamientos de Cataluña. Y al mismo tiempo, esta crisis secesionista juega en contra de los intereses del candidato socialista y frustra la salida de emergencia que algunos empezaban a vislumbrar para su reelección: una eventual abstención de Unidas Podemos y el voto favorable de los dos grupos independentistas catalanes, el PNV, Compromís y los regionalistas cántabros en la votación de la semana que viene. Esta posibilidad está casi descartada.

Quim Torra abrió ayer fuego con una carta publicada en ‘La Vanguardia’ en la que presionó a los diputados de JxCat en el Congreso para que voten en contra de Sánchez. «Si continúa transitando en el espacio que encalla, enfanga y criminaliza la voluntad política y democrática de los catalanes, no tiene ningún sentido darle una vez más el apoyo para renovar la presidencia y, por lo tanto, mi posición es votar no a su investidura la próxima semana», aseguró el presidente de la Generalitat en una misiva abierta dirigida a Pedro Sánchez. El debate en el espacio postconvergente está muy enfrentado desde hace semanas. Artur Mas y los tres diputados nacionalistas de JxCat que están presos y que fueron suspendidos como parlamentarios se han posicionado públicamente a favor de facilitar la elección del dirigente socialista. En línea con ERC.

Carmen Calvo, tajante

Sin embargo, Torra y Puigdemont apuestan por el ‘no’, salvo que el presidente del Gobierno acepte abrir un diálogo que incluya el derecho de autodeterminación, tal y como recuerda el jefe del Ejecutivo catalán en la carta. Una posibilidad que la vicepresidenta Carmen Calvo rechazó hoy de plano. «Con los socialistas —dijo— nunca habrá ningún riesgo para la unidad territorial del Estado». Los diputados en el Congreso Laura Borràs, Jaume Alonso Cuevillas y Miriam Nogueras comparten la tesis de Torra y del expresident, avalada por un grupo de diputados de la Cámara catalana de JxCat que hoy hizo público un manifiesto en el que pide revertir los acuerdos con el PSC y votar no a Sánchez. Son el sector más próximo a Puigdemont y el más alejado al PDeCAT y a Mas. JxCat decidirá su posición en la votación de la semana que viene durante una reunión viernes en la cárcel de Lledoners.

ERC, que también anunciará el sentido de su voto en la misma jornada pero ya ha anunciado que no «bloqueará» la investidura, se desmarcó, en cambio, por completo de la carta de Torra. Sus dirigentes trataron de situarla en un escenario de debate interno en el espacio postconvergente.

Salieron en tromba los dos pesos pesados de la formación republicana. Por un lado, el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y por otro, el jefe de filas en Madrid, Gabriel Rufián. «ERC tomará las decisiones por ERC, tenemos 15 diputados, 1 millón de votos, nos debemos a nuestros electores. Por lo que las decisiones de qué harán los diputados de Esquerra, las tomará ERC», avisó Aragonès. «Nosotros, como todo el mundo sabe, estamos por el no bloqueo, pero entendemos que el ‘sí’ es una opción, muy, muy, muy remota», dijo incluso Rufián. El más que probable voto en contra de JxCat no deja mucho margen a Esquerra, teniendo en cuenta la batalla sin cuartel que libran las dos formaciones independentistas por la hegemonía del soberanismo. Y para los socialistas supone un ligero inconveniente en su estrategia de presionar a Pablo Iglesias para que se mueva al menos a la abstención haciendo visible que se quedará solo en el ‘no’ junto a las «tres derechas».

Calvo volvió a meter aun así en el mismo saco al líder de Unidas Podemos, a Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal. «Eso se parece mucho a un frente de obstrucción democrática», dijo durante un acto institucional en Madrid. Desde que Sánchez dio el lunes por roto el diálogo con su «socio preferente», los socialistas han intensificado el contacto con otros grupos políticos para tratar de demostrar que no se rinden y dejar en evidencia a Iglesias. El martes la vicesecretaria general del partido, Adriana Lastra, se reunió con Rufián y ayer el secretario de Organización, José Luis Abalos, se entrevistó durante dos horas con el único diputado de Compromís, Joan Baldoví.

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