El ‘Open Arms’ no descarta poner rumbo a Italia pese a las amenazas de Salvini
ander azpiroz
No importa que el Gobierno italiano haya aprobado un decreto que amenaza con multas de hasta un millón de euros a los barcos de las ONG que penetren en sus aguas territoriales con migrantes rescatados a bordo, a lo que podrían sumarse penas de cárcel o la incautación de la embarcación.
La tripulación del ha avanzado que, si corre peligro la vida de alguna de las personas que aguardan destino en la cubierta del buque, pondrán rumbo a un puerto del país transalpino, sean cuales sean las consecuencias. Se amparan, aseguran los responsables de la organización, en el derecho internacional que obliga a prestar ayuda a los náufragos. Es justo lo que hizo a finales de junio la alemana Carola Rackete, capitana del , quien entró en el puerto de la isla de Lampedusa con 40 migrantes a bordo pese a la prohibición de las autoridades de Roma. Rackete fue detenida por la policía y posteriormente puesta en libertad por la justicia. Entonces, no obstante, no estaba en vigor la ley contra las ONG aprobada esta semana, a la que se enfrentaría el . El buque español se encuentra precisamente frente a la costa de la misma isla italiana, pero el ministro del Interior de este país, Matteo Salvini, se muestra firme en su decisión de cerrar sus puertos con llave a los migrantes. «Quizás estos señores solo buscan una provocación política: evidentemente la vida de las personas a bordo no es su verdadera prioridad, sino que quieren transferir a toda costa a clandestinos a nuestro país», señaló ayer el dirigente ultra, que recordó que el barco ya habría tenido tiempo de llegar a España de haber partido hace cinco días.
Tras seis jornadas a la espera de que se abra un puerto seguro, los suministros comienzan a escasear en el barco de la ONG. El principal problema, no obstante, es el estrés postraumático que padecen parte de los 121 rescatados a causa de las torturas, violaciones o esclavismo que sufrieron durante su estancia en Libia, señala la ONG.
Los responsables del aún esperan que la Unión Europea intervenga para que puedan desembarcar en Italia o Malta, donde se encuentran los puertos seguros más cercanos a la zona del rescate. La última opción sería navegar hacia España, tal y como les reclama Salvini, pero está descartada por el momento.
Mientras los 121 migrantes esperan, crecen las presiones políticas sobre el Gobierno español. Cataluña y Comunidad Valenciana ya se han ofrecido para acoger el , mientras que el País Vasco ha avanzado que se hará cargo de una parte de los rescatados.