Open Arms exige al Gobierno que active ya la mediación de la UE
a. azpiroz
La Odisea de los rescates en el Mediterráneo del ‘Open Arms’ ha abierta una guerra de declaraciones entre el Gobierno y la oenegé española. Madrid insiste en que, tal y como señala la ley del mar, las 151 personas que viajan a bordo del buque desembarquen en el puerto seguro más cercano, que en este caso corresponderían a Italia y Malta.
Pero ambos países mediterráneos se niegan a acoger a los migrantes. El ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, insiste incluso en que, al margen de lo que diga la legislación internacional, el Open Arms ponga rumbo a Ibiza o Formentera. Frente a la petición de la oenegé para que el Ejecutivo de Pedro Sánchez se implique a fondo en una solución de carácter europea, España insiste en colocar la pelota en el tejado de Roma. A la vez, defiende su posición frente a quienes denuncian la supuesta poca sensibilidad del Gobierno socialista. El fuego lo abrió José Luis Abalos el domingo en una entrevista en ‘El País’. «Me molestan los abanderados de la humanidad que no tienen que tomar nunca una decisión», señaló el ministro de Fomento antes de recordar que Salvamento Marítimo rescata a decenas de miles de personas al año en las aguas de vigilancia española.
Patrimonio familiar
Las palabras de Abalos cayeron como un jarro de agua fría en la oenegé. Su fundador, Oscar Camps, recordó al número tres del PSOE que su organización se enfrenta a sanciones millonarias y hasta de cárcel por realizar tareas de rescate, tras la reforma legislativa impulsada por Salvini en Italia. «Ponemos en peligro el patrimonio de nuestras familias, porque las multas son inasumibles; la libertad porque podemos acabar en la cárcel y nuestros títulos profesionales; fíjese si no tomamos decisiones para desobedecer una especie de decreto que nos impide rescatar», señaló Camps. El fundador de la oenegé incluyó este lunes a Pedro Sánchez en sus críticas, al que acusó de ponerse perfil en esta crisis. En concreto, Open Arms reclama desde hace días que España active la maquinaria europea para que los migrantes, la mayoría de ellos ya desde once días embarcados, puedan ser repartidos por distintos países, como ya ha sucedido en situaciones similares. Desde Bruselas se sigue la situación del ‘Open Arms’ con atención, aunque sin inmiscuirse de lleno. «No hemos recibido una petición formal de ningún país en este momento para iniciar la coordinación, pero hemos contactado con los Estados miembros para explorar posibles opciones en caso de una potencial futura reubicación voluntaria de la personas en el navío», informó un portavoz comunitario.
Mientras llega una solución, la situación a bordo del Open Arms se hace cada día más insostenible. Desde el domingo, Malta ha accedido a evacuar a su territorio a ocho personas por motivos de salud. Preocupa especialmente la situación de los 31 menores. También se presta especial atención a las secuelas psicológicas que presentan muchos de los rescatados a causa de las violaciones y abusos que padecieron durante su estancia en Libia. Si la situación se vuelve desesperada o corre peligro la vida de algún ss, la oenegé ya ha anunciado que se dirigirá al puerto italiano de Lampedusa, pese a las amenazas de Salvini. El ministro italiano ha sacado a relucir su faceta más antiinmigración ante un eventual adelanto electoral en el país transalpino que espera le convierta en el nuevo primer ministro. Una opción que no conlleva consecuencias legales es dirigirse hacia España, donde varías comunidades autónomas se han ofrecido para recibir a grupos de migrantes. La oenegé, de momento, no valora esta posibilidad y exige que las autoridades italianas o maltesas les ofrezcan un puerto seguro.