Iglesias anticipa su campaña más dura contra Sánchez y Errejón
Ander azpiroz | madrid
Ni una pizca de autocrítica. Ni la repetición electoral ni la irrupción en el tablero de un Íñigo Errejón que arrebata territorios y aliados a Podemos día sí y al otro también tienen que ver con la forma en que se gestionó la fallida negociación con el PSOE. Al menos eso es lo que mantiene Pablo Iglesias.
El secretario general reunió ayer a su Consejo Ciudadano, el máximo órgano del partido entre asambleas ciudadanas, para resucitar la teoría de la conspiración, según la cual, los poderosos y las oligarquías -ahora otra vez aliadas con los socialistas- no dejaron gobernar a Podemos tras las generales de 2015, tampoco después de las de 2016 y mucho menos en 2019. Obvió, no obstante, que el PSOE les puso en julio sobre la mesa una vicepresidencia social y tres ministerios que fueron rechazados.
Iglesias, que llegó al cónclave podemista con su hija pequeña en brazos, recuperó su tono más duro, el mismo que escondió en la campaña del 28-A para evitar confrontaciones inútiles con Pedro Sánchez, por entonces eventual socio en un Ejecutivo de coalición. En aquellos dos debates electorales llegó incluso a dar la sensación de que, en momentos, el secretario general de Podemos auxiliaba a su homólogo socialista frente a las embestidas de Pablo Casado y Albert Rivera. Nada que ver con lo que se avecina de aquí al 10-N.
«La gente -justificó- ha visto con toda claridad que fue Unidas Podemos la que trabajó para que hubiera gobierno». A renglón seguido recordó que se hicieron todas las cesiones en la negociación, incluida su renuncia a formar parte del Consejo de Ministros.
El secretario general mostró su respeto por Más País, la nueva formación de Errejón. No obstante, dejó claro que peleará con ella por cada voto de la izquierda. Así, lo primero que buscó es marcar distancias, y lo hizo con un ataque directo a su ex número dos. De Errejón recordó que apostó en 2016 por permitir un Gobierno del PSOE y Ciudadanos con Rivera como vicepresidente, que se opuso a la alianza con Izquierda Unida o que habría dado ahora un cheque en blanco a Sánchez para gobernar. Pero, destacó a continuación, «los inscritos de Podemos, en consultas y en la asamblea ciudadana, señalaron un camino distinto».