Casado cuestiona la credibilidad del discurso del Gobierno en Cataluña
A medida que las respuestas de los principales partidos a la crisis catalana se aproximan entre sí, la batalla que se libra es la de la credibilidad. A ese intangible apeló ayer Pablo Casado, que cuestiona la firmeza del Gobierno frente al independentismo o la disposición de Pedro Sánchez a aplicar el artículo 155 de la Constitución para intervenir la Generalitat si llega a ser preciso. «No parece muy lógico -argumentó- que nos fiemos de que alguien que debe el cargo a los independentistas vaya a poner orden contra ellos».
Si hace tan solo unos meses, era el presidente del PP quien se comprometía con un 155 sin caducidad como primera medida en caso de alcanzar la Moncloa, ahora los populares, que sufrieron un especial retroceso en Cataluña el 28-A, atemperan sus posiciones. Justifican el cambio por la sentencia del Tribunal Constitucional, que en julio restringió la intervención de una autonomía y estableció que en ningún caso se puede proceder de manera indefinida en el tiempo. Entienden que esta nueva cautela y su hoja de servicios contribuyen a su propia credibilidad.
Casado volvió a pedir ayer a Sánchez una serie de cuestiones para poder confiar en su palabra. Que el presidente del Gobierno garantice el cumplimiento de la ley general penitenciaria y evite los homenajes en las cárceles; que cierre el Diplocat con la letra de la normativa de acción exterior; que a través de la inspección educativa impida el adoctrinamiento en las aulas; o que, vía legislación de comunicación audiovisual, frene la propaganda a favor de la independencia en los medios públicos.