TRAS LA SALIDA DE FRANCO
El Valle de los Caídos reabre con todas las entradas agotadas
El Gobierno evita entrar en polémica con los descendientes del dictador
El Valle de los Caídos reabrirá sus puertas la próxima semana una vez acabadas las obras de reacondicionamiento. Y lo hará con el cartel de entradas agotadas hasta el 1 de noviembre. Aunque aún no hay fecha oficial para la reapertura, la página web de Patrimonio Nacional, del que depende el monumento, agotó este viernes en unas horas todas las visitas previstas para los próximos días. Los gestores del Valle confirmaron que, en todo caso, la opción de la venta física en taquilla sigue estando habilitada.
En la basílica, los operarios continúan realizando los trabajos para dejar el interior en perfectas condiciones. Las visitas al Valle de los Caídos se han multiplicado desde que en junio de 2018 el Gobierno de Pedro Sánchez anunciase su intención de desenterrar los restos de Franco. En los últimos nueve meses, el conjunto monumental recibió 378.875 visitantes, lo que supone un aumento del 33,75% respecto a 2017, cuando acudieron 283.277 personas. Sólo en septiembre, ante la expectación generada por la inminente exhumación del dictador, la cifra de visitas superó las 30.000.
Grito de "viva Franco"
El Ejecutivo no contempla por ahora sanciones contra la familia del dictador por haber gritado «Viva Franco» tras sacar el féretro a hombros y por haber salido del cementerio de Mingorrubio con la bandera preconstitucional, pero tampoco lo descarta. Pedro Sánchez señaló que el Gobierno estudiará las imágenes para determinar si se incurrió en alguna ilegalidad, aunque quiso restarle importancia poniendo en valor que la exhumación de Franco es «una victoria de la democracia».
El líder socialista admitió que durante el proceso se vivieron momentos de tensión con los nietos del dictador, que llegaron incluso a denunciar la profanación de la tumba. «Lo ha respondido el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, que ha dicho que no hay ningún tipo de profanación», remarcó en una entrevista en La Sexta.
Sánchez quitó hierro a las críticas de la oposición, que le afearon el formato del desentierro y el momento para hacerlo, a dos semanas y media de las elecciones generales. «Lo importante es la trascendencia que tiene», remarcó el presidente, que negó que la exhumación se convirtiese en una exaltación franquista. «Se vio a una familia recoger los restos de su abuelo en medio del silencio. Se hizo con respeto, pero el respeto no es homenajear», insistió.
Para el socialista, la salida de Franco de la finca de Cuelgamuro significa «cerrar heridas», aunque reconoció que la deuda con las víctimas del régimen no está todavía saldada. El PSOE admite que aún queda mucho por hacer en materia de memoria histórica, aunque celebra que al menos las 34.000 víctimas enterradas en el Valle de los Caídos ya no descansen «junto a su verdugo». «Es un paso de gigantes», aseveró Sánchez, que de seguir en la Moncloa tras los comicios confirmó que volverá a incluir en unos futuros Presupuestos una partida especial para proceder a exhumar a las miles de víctimas de las fosas que todavía quedan en España.
El Gobierno no ha profundizado todavía en el futuro del mausoleo, pero sí tiene claro que el enclave debería transformarse en un «espacio» de reconciliación, que «ayude a la memoria de las víctimas» de la Guerra Civil. En todo caso, dependerá en buena medida de lo que ocurra el próximo 10 de noviembre.