Diario de León

Un despliegue de seguridad especial para la Familia Real en Barcelona

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m. sáiz-pardo | madrid

Nunca antes desde su coronación en junio de 2014 Felipe VI y su familia habían estado tan protegidos. Pero es que nunca antes la Familia Real se había metido en un avispero semejante. El Ministerio del Interior tiene previsto desplegar un dispositivo de seguridad sin precedentes para garantizar la seguridad del jefe del Estado, de la reina Letizia, de la princesa Leonor y de la infanta Sofía durante la visita a Cataluña de este lunes y martes para entregar los premios Princesa de Girona.

El dispositivo se llama ‘Icaro’ y, según los planes de Interior, movilizará, solo en el círculo más cercano a la Familia Real, a cerca de 400 miembros de las Unidades de Intervención de la Policía (UIP, antidisturbios). La cápsula de seguridad del jefe del Estado y de su familia, no obstante, será mucho más amplia e involucrará a varios centenares más de agentes, principalmente a funcionarios de la Brimo y las Arro (los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra), además de otras unidades de Policía Nacional y Guardia Civil de servicios de información o escoltas. El desafío de seguridad -explican mandos del dispositivo- es muy importante, hasta el punto de que la Dirección General de la Policía, a pesar de la inminencia de las Elecciones Generales y de la necesidad de personal en todas las provincias, ha movilizado en las últimas horas a 250 agentes de la UIP de grupos de Madrid, Asturias y Valencia para mantener la presencia del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) en la ciudad condal y reforzar la protección de la Familia Real en la que probablemente sea su visita más complicada de los últimos años.

El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska, que mantendrá a más de 2.000 antidisturbios en Cataluña hasta después del 10-N, ha decidido un «blindaje zonal» tan amplio como el que puso en marcha Interior el 21 de diciembre de 2018 en Barcelona para proteger el Consejo de Ministros que se celebró en la Lotja de Mar, en el puerto de Barcelona y que, pese al despliegue, acabó con graves incidentes.

Y es que las convocatorias de grupos radicales para el lunes y martes se han convertido casi en una tormenta independentista perfecta: ya hay llamamientos para la movilización de Arran, las juventudes de la CUP al grito de «Ni Rey ni miedo»; de los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR), que animan a «dar la bienvenida que se merece» a Felipe VI; y de Tsunami Democràtic, la plataforma perseguida por la Audiencia Nacional como «terrorista», que también ha pedido a sus activistas salir a la calle. Tsunami, con más de 380.000 seguidores en las redes y promotor de la toma del aeropuerto de El Prat el 14 de octubre, quiere que la protesta con el jefe del Estado sea el calentamiento de una campaña mucho más amplia de movilizaciones, que seguirá con otras acciones la jornada de reflexión y en los días posteriores a las Elecciones Generales.

Durante la visita de la Familia Real, la Policía Nacional y los Mossos ya tienen órdenes de blindar los alrededores del Palacio de Congresos de Cataluña, en Barcelona, al final de la Diagonal, donde se desarrollarán los actos de entrega de los premios.

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