Diario de León

Elecciones generales 10N | La búsqueda de aliados

Los partidos ven inviable ir a terceros comicios y apuestan por la investidura

Cs puede convertirse en el mejor aliado de Sánchez porque se enfrenta a la tesitura de desaparecer

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RAMÓN GORRIARÁN | MADRID
León

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La respuesta sobre la posibilidad de unas terceras elecciones es negativa en todos los partidos, salvo en Vox. El partido de Santiago Abascal garantiza que no va a entrar en las conversaciones para pactar mayorías que permitan la investidura de Pedro Sánchez. El líder socialista, por otra parte, tampoco pensaba llamarle. Tampoco JxCat y la CUP están interesados en contribuir a la gobernabilidad, pero Sánchez asimismo no cuenta con ellos.  

La gran mayoría de las fuerzas presentes en el Congreso, que en conjunto suman 288 escaños, más del 82% de la Cámara, consideran que es imperioso salir del bloqueo y que la investidura prospere. Ir a a las quintas elecciones en cuatro años, reconocen en las direcciones de los principales partidos, provocaría un deterioro institucional de consecuencias imprevisibles. Sería un fracaso colectivo, por no hablar del desencanto social con el sistema democrático y el alejamiento de la ciudadanía de sus representantes. El único candidato con posibilidades reales de conseguir la investidura del Congreso es, de nuevo, el líder del PSOE y presidente del Gobierno en funciones. Pero las posiciones de partida anticipan que las negociaciones no van a ser tarea fácil. El PP espera a ver qué hace el candidato socialista. De entrada su postura en público es contraria a facilitar un nuevo mandato, pero destacados dirigentes populares reconocen que en la encrucijada de investidura o nuevas elecciones, optarán por la primera aunque con condiciones severas. Esa especie de «abstención patriótica» se materializaría sin que medie un pacto. Como hizo el PSOE en octubre de 2016. Giro de 180 grados Los socialistas confían en que Ciudadanos protagonice un giro de 180 grados porque de no hacerlo corre el riesgo de desaparecer si hay una nueva cita con las urnas. La renuncia de Albert Rivera, contumaz adversario de facilitar la investidura al líder del PSOE, facilitaría esta nueva línea de los liberales, que con sus diez escaños pueden ser un factor importante en la formación de mayorías favorables a un nuevo mandato de Sánchez.  

Sumarse al PP  

El partido naranja podría sumarse al PP, siempre que Pablo Casado dé el visto bueno a la operación, o incorporarse a una hipotética alianza de Unidas Podemos, nacionalistas y regionalistas que se vería apuntalada con la abstención de Esquerra, vía admitida ayer por los republicanos. Un problema en ese nuevo escenario será la cohabitación de Unidas Podemos, o incluso del PNV, con lo que queda de Ciudadanos. Pero sería una dificultad de segundo rango, el primero sería que Sánchez y Pablo Iglesias lleguen a entenderse. El secretario general de los morados insiste en su apuesta por el gobierno de coalición y las negativas que surgían La Moncloa y Ferraz ya no tienen esa rotundidad. Ese acuerdo sería la clave de bóveda a partir de la cual se podría construir una mayoría multicolor de votos favorables y abstenciones.  

La investidura, con ser un reto importante (el fracaso de la anterior provocó las elecciones de este domingo), no sería el mayor de los problemas para el presidente del Gobierno en funciones. La gobernabilidad es el meollo de la cuestión, avisan tanto desde el PSOE como del PP. La incógnita que aguarda a la vuelta de la esquina es cuáles serían los aliados de Sánchez para sacar adelante la legislatura. La gran coalición para cogobernar con el PP está descartada por ambas partes. La coalición con Unidas Podemos sigue encontrando reparos aunque no sean los de antaño. A Sánchez le gustaría rodearse solo de socialistas e independientes en el Consejo de Ministros, pero puede que no tenga más remedio que aceptar otras fórmulas porque antes que gobernar tiene que ser investido.

 

Sánchez buscará el sí de Cs a un pacto con Podemos y nacionalistas

El escenario es muy complejo y aún es pronto para visualizar cómo encajarán las piezas del puzle, pero el PSOE empezó a esbozar hoy, por boca de su secretario de Organización, José Luis Abalos, la imagen que aspira a conformar. Fuera del cuadro quedarían el PP y los independentistas. Dentro, en una suma que a día de hoy se antoja complicada, Unidas Podemos, el PNV, Más País, Compromís, el BNG, Teruel Existe, el Partido Regionalista de Cantabria y los nacionalistas canarios, pero también y sobre todo los imprescindibles diez escaños de un Ciudadanos herido de muerte. Si los socialistas quieren que les salgan las cuentas, necesitarán el ‘sí’ de todos esos partidos. Aunque se podrían permitir algunas bajas entre los más pequeños, siempre necesitarían el voto activo de los liberales para poder superar los votos en contra del PP, Vox y los independentistas catalanes y vascos . Y pese al temor a unos terceros comicios en los que podrían irse definitivamente por el desagüe, el apoyo de la formación centrista a una fórmula que pase por la formación de Pablo Iglesias es hoy difícil de imaginar. «Ahora mismo no hay alternativa frente a la que pueda plantear el PSOE ¿Que es complicada? Claro que lo es. ¿Pero hay alguna otra?». En realidad, según distintas fuentes presentes en la reunión que ayer celebró la ejecutiva socialista para analizar los resultados de las generales del domingo, ni Sánchez rechazó llamar a la puerta del PP tan abiertamente como lo hizo el número tres de su partido, ni fue tan nítido a la hora de plantear sus preferencias. Pero en la dirección son muchos los que creen que el camino está más o menos trazado.

Peaje

Abalos, que se negó a admitir de manera explícita error alguno del PSOE para explicar la pérdida de más de 700.000 votos y tres escaños, sí dio a entender que vistos los resultados no habrá más remedio que explorar el Ejecutivo de coalición que ha vuelto a poner sobre la mesa Pablo Iglesias. «Tiene que haber Gobierno razonablemente rápido y uno de los peajes que habrá que pagar es ese, aunque haya gente que no lo quiere», admiten responsables del partido que nunca compartieron ni la idea de ir a terceras elecciones ni la estrategia marcada por el director de gabinete del presidente, Iván Redondo.

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