Diario de León

Día contra la violencia machista

El asesinato de una leonesa en Tenerife tiñe de negro el día contra la violencia de género

El novio de Sara supuestamente le cortó el cuello con un cuchillo con el que su abuela, con la que vivían, intentó defenderla

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Se llamaba Sara, tenía 26 años y era leonesa. Con ella son ya 52 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año y su asesinato tiñó de negro la jornada de la lucha contra la violencia de género. Un crimen más. Una víctima más, como ya acreditó el Ministerio del Interior.  

Sara había nacido en León y desde hace años residía en Tenerife. Vivía en casa de su abuela, en el barrio de San Isidro, en el municipio de Granadilla de Abona de la isla tinerfeña, donde según apuntó a este periódico la directora del Instituto Canario de Igualdad, Kika Fumero, también compartía piso con su madre. Hacía tan sólo tres meses que su novio, Jaime B. H., nacido en Colombia y con nacionalidad española, se había mudado con ellas.  

En la madrugada del domingo al lunes, pasadas las 4.00 horas, la abuela de Sara se alertó al oír gritos de una fuerte discusión en la habitación en la que joven dormía con su novio. Fumero explicó que la mujer cogió un cuchillo de la cocina para proteger a su nieta, pero Jaime B.H, le arrebató el arma y, finalmente, fue con este cuchillo con el que presuntamente asesinó a Sara. Un corte en el cuello acabó con su vida.  

La joven, a la que le quedaban parientes en León, tuvo tiempo de hacer una llamada al 016, el teléfono de asistencia a las mujeres víctimas de violencia de género, y al menos dos vecinos hicieron sendas llamadas al 112, ya que en las islas Canarias, como precisó la directora del Instituto Canario de la Igualdad, este número también centraliza la atención a las mujeres. Este hecho, la llamada al 016, ya puso sobre aviso a Fumero de que la joven víctima era de la península.  

«Cuando llegaron a la vivienda los servicios sanitarios y los agentes de la Guardia Civil, la joven aún tenía vida. Intentaron reanimarla, pero la puñalada era mortal, incompatible con la vida», relató Kika Fumero. Cuando entraron los sanitarios, la joven leonesa se encontraba en parada cardiorrespiratoria y no pudieron hacer nada por su vida. Sara no había presentado denuncias previas, pero la directora del Instituto Canario de la Igualdad recordó que «únicamente el 20% de las mujeres que son víctimas de violencia de género se atreven a denunciar».  

Jaime B.H. no tenía antecedentes penales y Fumero explicó que «intentó suicidarse, pero tenía heridas muy leves» en las manos que se había realizado con un arma blanca, presuntamente con la misma con la que sesgó la vida de la joven leonesa. Él fue detenido por los agentes de la Guardia Civil y trasladado a un centro hospitalario del sur de Tenerife para ser atendido. Entre hoy y mañana está previsto que pase a disposición judicial, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Canarias. Con su muerte, Sara se convierte en la octava víctima por violencia machista en Canarias, comunidad que tiene uno de los porcentajes más altos de todo el Estado. Ninguna de las autoridades que habló ayer del asesinato dijo que se tuviese conocimiento de problemas en la pareja que hiciesen sospechar este final. La pareja no tenía hijos en común, a diferencia de la mitad de las víctimas registradas en lo que va de año.  

Sara tenía 26 años y estudiaba un programa de formación en el Instituto Tecnológico de Energías Renovables porque quería labrarse un futuro. No pudo ser. Fumero comentó que también había hecho prácticas en el Ayuntamiento de Granadilla y que además, «había trabajado durante seis meses como tecnóloga en el Instituto de Tecnológico de Canarias».  

RETROCESO COMO SOCIEDAD  

El Ayuntamiento de Granadilla, municipio al que pertenece el barrio de San Isidro donde residía la joven, decretó tres días de luto y ha convocado un pleno extraordinario y un concentración en repulsa por este último asesinato. El alcalde, José Domingo Regalado, recordó que la joven hizo tres meses de prácticas en el departamento de Informática del Ayuntamiento, y afirmó que Sara no puede ser un número más, «tiene que ser un antes y un después que nos haga reflexionar qué caminos debemos tomar». Regalado se mostró convencido de que este tipo de crímenes «nos hace retroceder como sociedad» y afirmó: «A veces no sé en qué país estamos, si estamos en 2019 o si todavía en los tiempos de blanco y negro».

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