El asesino descuartizó a Marta Calvo y tiró sus restos por los contenedores
JAVIER MARTÍNEZ | VALENCIA
Marta Calvo murió el mismo día de su desaparición, el 7 de noviembre, en la casa del pueblo de Manuel donde mantuvo la cita sexual con el narcotraficante colombiano Jorge Ignacio P. J., de 37 años. Tras entregarse en la madrugada del ayer a la Guardia Civil en el cuartel de Carcaixent (Valencia), el presunto homicida confesó que descuartizó el cuerpo de la joven de 25 años, metió los trozos del cadáver en bolsas y los tiró a varios contenedores.
Los peores presagios de los investigadores de la Guardia Civil se confirmaron. El delincuente admitió que se había deshecho del cuerpo de la joven tras descuartizarlo y tirarlo a la basura. Una atroz confesión.
El sospechoso acudió al cuartel de la Guardia Civil de Carcaixent. Eran las tres y media de la madrugada. Nada más entrar en las dependencias policiales, el narcotraficante dijo cómo se llamaba y pronunció unas escuetas palabras: «Vengo a entregarme». El agente de servicio en la entrada, trasladó entonces al hombre a un calabozo y avisó a la Central Operativa de Servicios (COS) de la Guardia Civil para que informara a los investigadores de la detención.
Cuando tuvieron conocimiento del arresto de Jorge Ignacio, los agentes de la Sección de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la Unidad Central Operativa (UCO) y del Grupo de Homicidios de Valencia se desplazaron con urgencia al lugar para tomar declaración al detenido, leerle sus derechos e informarle también de los graves delitos que le atribuyen. Jorge Ignacio pidió entonces que le dejaran hablar por teléfono con su madre y mantuvo una corta conversación con ella delante de un guardia civil.
Mientras los investigadores realizaban las primeras indagaciones para tratar de localizar el cuerpo de Marta, el delegado del Gobierno en la Comunidad, Juan Carlos Fulgencio, convocaba una rueda de prensa con urgencia para informar de la importante novedad en el caso. Eran poco después de las nueve y media de la mañana. Fulgencio se refirió, por primera vez, a la principal hipótesis que tenía la Guardia Civil tras manifestar que la joven sufrió una «agresión física que podría haber conllevado su muerte violenta».
Antes de que informara a los periodistas sobre el arresto del presunto homicida, un responsable de la investigación criminal habló por teléfono con el padre y la madre de la joven, en sendas conversaciones al estar separados, para informarles de la muerte de su hija y la confesión del narco.
Aunque el delegado del Gobierno no explicó en la rueda de prensa cómo murió Marta, el descuartizamiento del cadáver fue confirmado ayer por fuentes de la investigación al trascender las primeras manifestaciones voluntarias que realizó el detenido. Era buscado intensamente por las fuerzas de seguridad del Estado desde que la madre de Marta localizó la vivienda de Manuel, el último lugar donde habría estado su hijo con el delincuente colombiano antes de su extraña desaparición. El presunto homicida se encontraba en paradero desconocido desde el 10 de noviembre, un día después de que la madre de la joven acudiera a la comisaría para denunciar la desaparición.
Tras confesar que había troceado el cadáver y lo había tirado a varios contenedores, un equipo de investigadores centró sus pesquisas en la búsqueda de los restos humanos y el rastreo de los residuos sólidos que arrojan los vecinos de Manuel a los depósitos de basura.