Inés Arrimadas asume la necesidad de reconducir el rumbo del nuevo Ciudadanos
maría eugenia alonso | madrid
El nuevo Ciudadanos tendrá la impronta de Inés Arrimadas. A menos de tres meses de que asuma de forma oficial las riendas del partido, la portavoz parlamentaria asienta las bases de su proyecto con el que espera reflotar a la formación liberal tras la debacle en las urnas. Reacia a desvelar sus cartas antes de tiempo, la dirigente naranja reconoce los errores del pasado y marca como una de las líneas maestras de la era post Rivera demostrar que Ciudadanos es un partido útil y de centro.
En ese sentido, se enmarca la decisión de enviar este lunes una carta a Pedro Sánchez para pedirle una reunión a tres, también con el líder popular Pablo Casado. Arrimadas deció mover ficha y ofrecer al socialista una alternativa que aleje del Gobierno a populistas y nacionalistas. «La pelota está en su tejado», insisten en Ciudadanos. La cita se concretará la próxima semana tras la ronda de contactos con el rey y será solo de los dos porque Casado no quiere participar, según comentó la portavoz en una conversación informal con periodistas durante el 41 aniversario de la Constitución.
Arrimadas reconoce que la sintonía con su principal rival es buena y lo más importante, se fía de él. Hasta el punto de no temer que Casado le lance una OPA hostil como algunos dirigentes del PP deslizan en privado. La diputada liberal insiste en que hay un espacio de centro para Ciudadanos. Así lo defenderá en el cónclave del 15 de marzo donde desvelará los cambios estructurales que ha prometido desde que anunciase su candidatura y la estrategia a seguir.
Será entonces cuando dé a conocer al equipo que le acompañará en esta nueva etapa, en la que no estará el núcleo duro de Albert Rivera y en el que integrará a todas las corrientes. La futura líder naranja cree que hay que dar más voz a la militancia y tener una mayor sensibilidad hacia los territorios, pero sin que Ciudadanos acabe convertido en «diecisiete PSC».
Se declara ilusionada ante el reto que tiene por delante para reflotar el partido naranja y reconoce errores de bulto en la estrategia de Cs en los últimos meses, entre ellos el giro del último minuto para salvar la legislatura cuando Rivera ofreció a Sánchez un desbloqueo a cambio de tres condiciones días antes de la disolución de las Cortes.