Fabián revienta hoy el Gran Café con un clamoroso 'entradas agotadas'

Sabe hacer que el silencio sea elocuente. Pero los conciertos de Fabián no son una ceremonia solo para adeptos, sino que sus mandamientos coinciden con los del rocanrol. Lo que pasa es que la magia de Fabián son sus canciones de principio a fin. Que tienen algo de artesano, tal vez la herencia paterna hace lo suyo, pero luego resulta que suenan como canciones ambiciosas, con riqueza musical, y con instrumentistas que selecciona con toda la intención como si estuviera buscando un quinteto ideal que ya encontró con esa fabulosa Banda del Norte que le acompaña.

Lo bueno de Fabián, que ya demostró con El rumor de los tiempos (2019) que no había siete malo, tras joyas como Adiós, Tormenta; Después del incendio y otras cosas así; Espera a la primavera; La Brisa leve/La Luz Distinta; y La fe remota, es que los años le quedan bien.

Y, aunque siempre resulte entrañable recordar que con Plegarias empezó todo, el tiempo le ha dado la razón a este corazón tan blanco (por no confundir con eslóganes a lo Piqué) en la osadía de ser músico con todas las consecuencias. Y así, lo que hay que esperar, pero con ese espíritu tranquilo que proyecta, es hasta dónde va a llegar en esa línea ascendente, y por dónde irán sus tiros. Porque a Fabián le queda igual de bien tanto un Libertad 8, un local más 'chsss' en plan todos ahí quietos, que un Sala Sol, que siempre tiende a ser festivo.

Porque este leonés nacido en Biel, Suiza, sí que es de los que trasciende más allá de las estrictas fronteras provinciales. Y así hay constancia de conciertos suyos en los que ha quedado claro que el lenguaje propio de Fabián tiene seguidores fieles. Por eso llena. Como lo hace en León hoy en El Gran Café, con un clamoroso entradas agotadas desde hace dos días. Así, Fabián es profeta en su tierra, poeta eléctrico, sensible tocando un hombro con un dedo para decirle a alguien que le quiere, o que no.

HOY. 27 DE DICIEMBRE: 21.30 HORAS.