Política
Sánchez refuerza a su jefe de Gabinete y le da el mando de la Comunicación
Redondo concentrará dentro del Gabinete de Presidencia todos los departamentos de asistencia a Pedro Sánchez como asuntos nacionales, institucionales, internacionales, comunicación con los ciudadanos, secretaría general de Presidencia, Oficina Económica del Presidente, el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) o las diferentes unidades de análisis
El primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno ha aprobado este martes el nombramiento de Iván Redondo como director del Gabinete de la Presidencia que, además de secretario del Consejo de Seguridad Nacional, ampliará sus funciones asumiendo bajo su mando la Secretaría de Estado de Comunicación.
Según ha informado Moncloa, Redondo concentrará dentro del Gabinete de Presidencia todos los departamentos de asistencia a Pedro Sánchez como asuntos nacionales, institucionales, internacionales, comunicación con los ciudadanos, secretaría general de Presidencia, Oficina Económica del Presidente, el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) o las diferentes unidades de análisis.
Además, la Secretaría de Estado de Comunicación, dirigida actualmente por Miguel Ángel Oliver, se incorporará formalmente al Gabinete de la Presidencia del Gobierno, bajo su dirección.
Junto a ello, Pedro Sánchez ha encargado a su jefe de Gabinete la creación de la primera Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo.
Para Moncloa, con esta oficina de ‘Foresight Unit’, España se suma a un "selecto grupo de países y organismos internacionales pioneros" que ya cuentan con unidades similares, como Canadá, EE UU, Francia, Finlandia, Reino Unido, la Comisión Europea o la OCDE.
La Oficina se encargará de "pensar estructuralmente en la España de los próximos 30 años", asegura el Ejecutivo.
"Se trata de aportar una mirada transversal, con metodología y a largo plazo, que contará con un Comité de expertos de la sociedad civil y que elaborará una Estrategia Nacional", destaca el Ejecutivo, que remarca que no se trata de "adivinar el futuro" sino de identificar los posibles retos y oportunidades que España tendrá que afrontar en el medio y largo plazo.
A juicio de Moncloa, uno de los grandes defectos de la democracia es el "cortoplacismo" lo que provoca que en la "frenética cotidianeidad" de los gobiernos, "lo urgente a menudo eclipsa a lo importante".
"Esto genera a su vez otros problemas –falta de pensamiento estratégico, de respuesta a la demanda de la sociedad, obsolescencia legislativa, oportunidades no aprovechadas o escasa anticipación- que están en la base de fenómenos como el Cambio Climático, el vaciamiento rural o la pérdida de relevancia económica para una nación", remarca.