Exteriores alega ahora que no pudo evitar el aterrizaje de la vicepresidenta venezolana
Enésima versión del Gobierno sobre el ya conocido como Delcygate . La ministra de Asuntos Exteriores apuntó ayer, por primera vez desde que estalló la crisis, a una posible encerrona del Ejecutivo de Nicolás Maduro. Arancha González Laya adujo que España tuvo que dejar aterrizar el Falcon de la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, la madrugada del pasado 20 de enero en el aeropuerto de Barajas porque las autoridades de Caracas avisaron de la llegada del aparato con tal escaso margen de maniobra que, por motivos de seguridad, era imposible negar el aterrizaje de la pequeña aeronave que se encontraba sin combustible tras atravesar el Atlántico.
En esencia, González Laya hizo suyo el último relato de hechos del Gobierno de Pedro Sánchez de lo que ocurrió aquella noche en Barajas. O sea, el que ha ofrecido esta semana el ministro del Interior. La titular de Exteriores, como hizo el jueves Fernando Grande-Marlaska, aseguró que España supo solo cuatro horas antes que en la aeronave no solo viajaba el ministro de Turismo venezolano Félix Plasencia para acudir a Fitur, sino que también estaba en el aparato Rodríguez, vetada en la Unión Euopea.
Según González Laya, esta supuesta trampa de Caracas ha provocado quejas de la diplomacia española. «Se ha expresado al Gobierno de Venezuela, como se hace en estos casos, que quizá se hubiera podido hacer de otra manera», dijo la ministra ayer en una entrevista en la Cadena Ser, en la que garantizó que el Ejecutivo habría prohibido el aterrizaje del Falcon si hubiera sabido que en el aparato viajaba la número dos de Maduro.
«Claro que sí, porque el Gobierno español cumple con las sanciones impuestas», prometió la canciller española, quien apuntó que, cuando Plasencia anunció que acudiría a Fitur se hizo una comprobación exhaustiva para saber si su nombre estaba en la lista negra. Cosa que no se hizo con Rodríguez, explicó la ministra, porque no se notificó su llegada hasta que la vicepresidenta de Maduro se aproximaba a las Azores.
«Cuando hay personas que no pueden entrar y anuncian su llegada se dice que no van a entrar y entonces no vienen», apostilló González Laya, quien insistió en que al Ejecutivo de Pedro Sánchez no le quedó otra opción que dejar que el aparato tomara tierra en Barajas.