Iglesias afronta el reto de armar una estructura territorial para Podemos
Las elecciones vascas y gallegas serán el primer test para la formación morada
La cordialidad mostrada desde las altas esferas de Podemos frente a la marcha hace dos semanas de Teresa Rodríguez y ante la renuncia de la facción que ella encabezaba, Anticapitalistas, a presentarse a la tercera Asamblea Ciudadana del partido, también podría tener como lectura la de ‘a enemigo que huye, puente de plata’. La dirección no niega que la vida interna de la formación se ha sosegado una vez superadas las pugnas que, como ejemplo más claro, provocaron la salida de Íñigo Errejón a principios de 2019. «Por suerte parece que hemos pasado esa fase, no sin aprendizajes dolorosos, pero creo que ahora estamos en otro momento», explicaba el portavoz del grupo parlamentario, Pablo Echenique, el pasado enero. Ese «otro momento» al que se refiere no es otra cosa que la necesidad de fijar el nuevo rumbo del partido ahora que forman parte del Gobierno de coalición y emprender la tarea de construir una estructura territorial basada en el modelo de PSOE o Partido Popular para ejercer un control más homogéneo.
Pero en Podemos reconocen que es un reto difícil, su gran asignatura pendiente. Desde su nacimiento, el partido de Iglesias se apoyó apresuradamente en un sinfín de confluencias para ganar peso en aquellas regiones en las que no estaban organizados. Una táctica muy valiosa, pero que les ha generado más de un quebradero de cabeza. Ahora buscan acabar con las disensiones y poner en contacto a la matriz central del partido directamente con la militancia. Por ello, el objetivo más urgente será reforzar la presencia de los rostros principales del partido -principalmente ministros y diputados- en actos periódicos que se celebren más allá de Madrid. La primera prueba de fuego de esta estrategia serán las elecciones autonómicas vascas y gallegas que se celebrarán el próximo 5 de abril.
La sensanción que transmiten desde Podemos respecto a los resultados en ambos territorios no es precisamente de euforia.