La Bolsa se desploma un 14%, la mayor caída en un solo día de su historia
Al final ha tenido que ser una enfermedad como la del coronavirus la que ha doblegado a la Bolsa española como nunca antes lo había hecho otra circunstancia política ni económica. El Ibex-35 ha sufrido este 12 de marzo (otra fecha para la hemeroteca) su peor retroceso en un solo día desde que el índice tiene vida: con el desplome del 14,06%, el mercado ha horadado todos los suelos posibles hasta situarse en los 6.390 puntos. Hacía ocho años que el selectivo no se encontraba en ese nivel, justo cuando España atravesaba el peor momento de la crisis económica de 2012.
Ni siquiera la batería de medidas aprobadas este jueves por el consejo del Banco Central Europeo (BCE) consiguieron calmar los ánimos de los inversores. Más bien al revés. Durante toda la mañana, la caída fue generalizada, aunque en el momento en el que la institución monetaria descartó la rebaja en los tipos, los agentes del mercado apostaron de forma aún más contundente por las ventas.
Tan drástico fue el movimiento que sitúa al Ibex-35 en su peor jornada hábil superando incluso a la de otras trágicas sesiones como la del día posterior al referéndum del 'brexit' (a finales de junio de 2016), cuando cayó más de un 12%; o tras el derrumbe de Lehman Brothers (otoño de 2008), con una cesión del 9%. Este pasado lunes ya anticipaba lo peor al descender un 8%.
La Bolsa ha caído en picado en el último mes como nunca lo había hecho en tan poco tiempo. Desde el 18 de febrero, el índice ha perdido un 36% de su capitalización. Son casi 4.000 puntos en menos de un mes. Por comprar, cuando alcanzó su nivel máximo, allá por 2007 en los 16.000 puntos, comenzó a ceder hasta por debajo de los 7.000. Pero para eso tuvieron que pasar 18 meses.
La decepción no fue única en la Bolsa española, uno de los países más afectados por el impacto económico del coronavirus . También el resto de Europa se dejó arrastrar por el pesimismo de los inversores. El DAX alemán cayó más de un 12%, al igual que el CAC francés. Por su parte, el FTSE londinense cedió un 11%. Aunque el índice que peor comportamiento ha tenido ha sido el MIB italiano, con una sangría próxima al 17%. Al otro lado del Atlántico, Wall Street arrancó la sesión con caídas del 7%, lo que obligó a paralizar sus operaciones durante 15 minutos en pleno proceso de apertura por segunda vez en menos de una semana. En el trasfondo de este comportamiento pesimista de los inversores se encuentra la batería de medidas aprobadas este jueves por el BCE. En general, consideradas insuficientes por la falta de determinación, como muchos esperaban tras la intervención de la Reserva Federal norteamericana (bajó los tipos la semana pasada) o el Banco de Inglaterra (recortó los intereses en medio punto). La institución presidida por Christine Lagarde ha aprobado una serie de medidas entre las que no incluyó los tipos de interés, que siguen en el 0%; ni en cuanto a la facilidad de depósitos (-0,50%).
Los expertos apuntan que "el mercado esperaba unas medidas más contundentes dada la actual situación", explica Javier Molina, analista de eToro. "El BCE necesitaba dar una señal de tranquilidad y no lo ha hecho", insiste. Coincide en esa opinión Paul Diggle, de Aberdeen Standard Investments: "El fallo tiene que ver con que no se ha producido una rebaja en la facilidad de depósitos principal, lo que resulta una decepción frente a las expectativas del mercado, y envía la señal de que incluso el propio BCE piensa que está al final del camino cuando se trata de recortar los tipos de interés".
Otros, como Rosa Duce, de Deutsche Bank, valoran positivamente estas decisiones del BCE, pero apuntan que "el problema es que son condiciones necesarias, pero no suficientes para poder solventar esta crisis sin precedentes". "Las llamadas al uso de política fiscal son continuas, y aunque hay muchas promesas, la cuantificación de las mismas y su posterior aprobación son un proceso lento que exaspera a los inversores, de ahí la desconfianza", explica Duce.
Castigo a la banca Lo que sí aprobó el BCE es un alivio para la banca al relajar los requisitos de capital que estrechaban la acción del sector en los últimos años. Lo permitirá "temporalmente" y siempre que no lo destinen para aumentar sus dividendos. Pero ni con esas consiguió que las entidades avanzaran mínimamente en Bolsa. De hecho, protagonizaron algunas de las mayores caídas bursátiles de la sesión. El de la banca es el sector más castigado en los mercados en esta nueva crisis. Desde principios de año, el conjunto de los grandes bancos se ha dejado unos 45.000 millones de euros en capitalización bursátil. La prima de riesgo tampoco ya se aproxima a los 110 puntos básicos, lo que supone un incremento del 12% en una sola jornada. El diferencial de la deuda española con respecto a la alemana se encontraba hace apenas un mes en los 65 puntos básicos, prácticamente la mitad del valor actual al incrementarse notablemente el coste del bono. 03/12/19-49/20
ECO