Puertas afuera
Cuando la bolsa no puede salvarte la vida
La coartada de la compra aviva el movimiento en las calles de la ciudad, donde las obras de construcción no paran y las quejas de profesionales como los carteros encienden el debate sobre la adaptación de servicios
El virus recibe correo en León. Cerca de medio millar de acuses de recibo los firma Covid-19. Con ese nombre les han dicho a los carteros que liquiden la entrega de certificados. «Luego si vienen mal dadas…», avisa Ana María Llamazares, mientras pasa al lado del colegio de Las Anejas aún con reparto por hacer. Hoy, sí han salido, aunque no todos, pero ayer, la otra mitad de la plantilla a la que le tocaba turno —un día las secciones pares, otro las impares— se plantó. «No hay mascarillas y los guantes ha tenido que comprarlos la jefa de oficina», explica, con el dispositivo PDA al cuello de adorno como un escapulario porque «nadie quiere firmar así». «Con que toque uno, imagínate. Así que llamo a los telefonillos, me abren, meto el paquete en el ascensor y arriba lo cogerán», detalla, con 48 cajas y certificaciones para la entrega; el resto, hasta llenar, son cartas que «se meten en el buzón y punto». «El día que lo coja uno, marchamos todos. Lo raro es que no lo haya ya, aunque no se sabe con eso de los asintomáticos», deja caer antes de seguir adelante.
Atrás deja el reparto de Eras. Los coches giran sin bocinazos en la rotonda y a la puerta del edificio Europa, uno de los que más oficinas reúnen en la ciudad, apenas hay tres personas. Rodrigo y Raquel Fernández acaban el descanso . «Ahora no hay ni cola en el ascensor», ejemplifican los dos, compañeros en una empresa de servicios sociales. Al lado opuesto de la entrada, otra trabajadora prefiere no hablar. Arriba, en las dependencias de una empresa de telemárketing, quedan más de un centenar de operadores en cada una de las tres plantas que ocupa la marca. No hay sin embargo mucho rastro porque, como han señalado los sindicatos para denunciar la situación del sector, la policía les ha advertido de pueden multarles si se concentran en la calle. A resguardo, en el patio interior, a última hora de la mañana, se ve un grupete con el cigarro a medias. No hay vecinos que se quejen, como sí pasa en Jaime Balmes, donde afean su comportamiento a los estudiantes que entran y salen del cíber abierto.
El tránsito en zonas como Burgo Nuevo sigue. JESÚS F. SALVADORES
A medida que se ensanchan las vías y aparecen las zonas verdes florecen los viandantes, con perro o bolsa de la compra: las dos coartadas con más éxito para salvar los controles de las patrullas de la UME y las policías Local y Nacional. En uno de los parques trabaja en la poda Julio González, quien sentencia que «la gente es una irresponsable». «Van de dos en dos en los coches, se ven grupos caminando juntos y otros con la bolsa de aquí para allá sin nada. ¡Hay un paisano que ha cruzado cinco veces esta mañana con la bolsa vacía!», relata indignado el operario de la contrata de Acciona que presta servicio municipal, repartida ahora en dos turnos de 15 días cada uno.
Hay más trabajo en la calle. «Lo único que hay abierto son las obras», resume Javier Vega, presidente de la Cámara de Comercio, que viene por mitad de Ordoño de ver un tajo de su constructora. «Las del Ayuntamiento se han parado», apostilla un funcionario municipal. La construcción entra dentro de los permisos recogidos en el real decreto. Con el cumplimiento de las recomendaciones de seguridad y salud, «se puede», sentencia el empresario, quien abunda en que «nadie está a menos de 1,5 metros de distancia». Apenas medio kilómetro más allá, en las labores de integración del AVE, el encargado de la puerta se encoge de hombros cuando se le pregunta cómo se salva la distancia cuando hay que pasarle el material al compañero. «Estamos con guantes y tenemos cuidado de no cambiarnos todos juntos», resume Pedro Moya.
Al otro lado de las vías, frente a la estación del AVE, para el taxi Fernando Andrés. Bajan dos personas. No hay «apenas movimiento», concede el profesional, quien estima que tienen «entre un 20 y un 10%menos » de carreras que antes, «la mayoría al hospital», y «encima con servicios mínimos». «Lo que sí me ha llamado la atención es que hay mucho tráfico; aunque andando, menos», apunta. En la puerta se quedan Laura y su hija. Vuelven a casa. Son «de un pueblo de León», pero viven «en uno de Valencia, junto a la base de Bétera de la UME». Vinieron «el miércoles pasado, cuando decían que no pasaba nada, para escapar de las Fallas». «Estamos deseando llegar y meternos en casa», recalca, mientras se cubre la boca, preocupada por que el Covid-19 19 pueda dejarle acuse de recibo a su llegada.
Policía
Interior asume el mando. La instrucción del Gobierno de acuerdo a la cual la coordinación de todas las fuerzas policiales, incluidos los cuerpos municipales, depende del Ministerio de Interior se hizo efectiva en la jornada de ayer en León. Pese a la presencia de los agentes y el medio centenar de militares de la UME en las calles de la capital, aun se registró algún caso de advertencia, aunque por ahora no hay sanciones firmes.