Diario de una confinada | Día 6
Noche de Stilettos
Yo hoy salgo. Lo tengo claro. Tanto, como lo que voy a ponerme. Sí, por primera vez en mi vida sé qué voy a llevar. Y además, sin sacar el armario entero probándome cosas que sé hace mil años que no me valen, digamos más bien que no me caben.
Hoy es noche de stilettos. Sin tiritas ni bandas de silicona. Sin sufrir encalomada a los tacones. Sin dejar debajo del freno las deportivas. Sin nadie para poder llegar a casa. Sin descalzarme un pie primero y luego otro en la barra, así como que no quiere la cosa, para que nadie se dé cuenta cuando lo sabemos todos. Más bien todas. Sin horarios. De verdad que no hay nada que acorte más la noche que unos taconazos. Más, mucho más que recordar la cara de tu padre esperándote detrás de la puerta un sábado noche. Bueno vale, era madrugada. Bah, que sí, que ya había amanecido. Pero, por qué tenia que madrugar tanto.
Hoy me voy a poner escotazo, que ya es primavera. Me ha invitado Juan Luis a un concierto de la Filarmónica de Berlín y pienso ir sin chaquetina. Que en casa estamos a 20 grados. Le he pedido a Ricardo que de internet me baje volando, no hace falta que sean ciento, con uno me basta, un buen combinado. Es que yo soy más de Mahou.
Iba a ponerme seria y hasta a cabrearme, que no me cuesta nada, ya sabéis, pero no. Os veo tan panchos por la calle, pasando tanto de Covid, que pienso si no me habré fumado algo yo que no fumo. Os veo con las bolsas de la compra como de paseílto, con la que está cayendo, que digo, ¿pero es que ahora la hacéis a diario? Yo creía que os gustaban más lo carros. Del híper, digo. Deberíais estar en casita. Pensad en la cara de vuestro padre. O en la del mío.
Si me da tiempo me pasaré por el concierto techno de mi sobrino Daniel, su mesa de mezclas y sus vecinos. Ahora que me fijo, mi hija también va a salir, al parecer. Se está probando un rojo de labios. Vamos, la barra de toda la vida, el pintalabios clásico pero con más glamour. Ha sacado sus tacones, también. Con plataforma, que un día se va a matar desde ahí arriba. Y me ha preguntado que si hace frío. No he sabido que responder. En casa no. Y en la calle, qué mas da si ahora en época de Alarma la cara de mi padre la pongo yo para que se lave las manos una vez sí y otra también. Sí, aunque no haya salido de casa.
Me pregunto tantas cosas. Por qué no toman medidas de una vez. Drásticas. Por qué no hay mascarillas para quienes nos cuidan, ni guantes, ni trajes de protección, ni previsión, ni nada. Por qué no han comprado respiradores para los más vulnerables, que ahora ya sabemos que somos todos. Por qué hemos llegado hasta aquí. Qué van a hacer ahora. ¿Qué hace Celemín?
Esta noche, tendría que estar dando un pregón a cuatro al Cristo del Gran Poder, pero esta Cuaresma es Cuarentena. Penitencia. Encierro. Incertidumbre. Esta noche, me quitaré los zapatos como Cenicienta y me quedaré, con Los Secretos, dormida ‘A tu lado’. Hasta mañana. Cuidaos mucho.
https://www.los-secretos.net/gana-una-sesion-de-fotos-con-los-secretos/