Capacidades múltiples
«Mi hija se sube por las paredes; para ella, salir de casa es imperativo»
Las familias con personas con TEA, satisfechas con la decisión del Ministerio de Sanidad
«Lo hemos vivido muy mal». José Antonio Crego, presidente de Autismo León destaca que las personas con autismo han sufrido el confinamiento en mucha mayor medida que el resto, hasta el punto de que muchos padres decidieron que sus hijos salieran antes de que Sanidad diera la Instrucción en el BOE. La Orden, publicada ayer, permite a las personas con discapacidad, alteraciones conductuales, conductas disruptivas y TEA salir de sus domicilios.
No ha sido una medida fácil. De hecho, las asociaciones de toda España comenzaron este lunes una campaña a través de la Dirección General de Discapacidad que, a través de la pedagogía, ha conseguido que el ministerio asumiera como propias las reivindicaciones de las familias y las asuma como propias.
Anticipación
Las personas con trastorno del espectro autista necesitan rutinas claras y anticipadas. Por ello, muchas familias decidieron que sus hijos interrumpieran su confinamiento durante la tarde para evitar que sufrieran crisis. «Estas personas están totalmente ‘calendarizadas’», subraya Crego, que añade que saben lo que van a hacer hora a hora, con lo que un corte tan abrupto en sus dinámicas habituales les provoca muchos problemas. Y todo eso a pesar de que en el colegio, en el instituto y en los talleres de la asociación, el equipo de especialistas ha desarrollado protocolos para anticipar lo que finalmente pasó. De esta manera, se realizaron pictogramas para ayudar a los niños a iniciar su nueva vida. «Verá, hay dos temas: el cambio brutal de las rutinas y el confinamiento en cien metros cuadrados. Las dos cosas juntas, les causa niveles brutales de estrés», explica el presidente de Autismo León.
Brecha
En los centros de la asociación comenzaron a tomar medidas mucho antes de la declaración del estado de alarma. De hecho, extremaron las medidas de higiene y los niños dejaron de ir al colegio, al instituto y a los talleres para evitar contagios con anterioridad a la medida gubernamental. Gracias a esta capacidad de anticipación, no hay ninguna persona infectada por coronavirus.
Crisis
Chema, el padre de una niña de doce años llamada Inés, explica que la reclusión le provoca crisis difíciles de gestionar. «Se subía por las paredes: lloraba, pataleaba, gritaba… Así que cogí el certificado por discapacidad y decidí sacarla a la calle. En su habitación, créame, no queda nada por romper». Chema explica que los paseos los realizan en zonas amplias en las que la niña no pueda tocar nada sensible. «Desde luego, nada de supermercado», afirma. Autismo España ha publicado en las redes sociales un documento en el que se explica el proceso a seguir a partir de ahora. Así, es imprescindible contar con el certificado oficial de reconocimiento de discapacidad y, junto a ella, contar con la prescripción de un profesional sanitario o social. Asimismo, para salir se requiere una copia de la Instrucción del Ministerio de Sanidad, así como informes médicos, psicológicos o sociales complementarios en los que se describan las necesidades individuales o la existencia de dificultades conductuales. Esto último, sólo se necesita si se dispone de ello.
pictogramas ideados para ayudar a no contagiarse. DL
Otra madre con un niño con TEA explica que en su caso ha permanecido todos estos días en casa y destaca que la manera para evitarle sufrimiento por estrés ha sido imponerle rutinas muy marcadas. «Está muy entrenado. Lo importante es cumplir los horarios a rajatabla y tratar de no mostrar nerviosismo porque se lo vas a trasladar a él». Además, lamenta que lo duro llegará cuando pase la crisis. «Estamos luchando para que sean sociables y ahora este parón nos obligará a reiniciar muchos caminos que ya estaban recorridos».