Día 12
Ommmmmmmmm
Si es que a veces me obligáis a perder la paciencia. Mira que yo no quiero. Que eso ahora no conviene. A veces me veo contando hasta mil, hasta mil millones, yo, que tengo la paciencia en el dos: 1 y 2. No llego al tres. Qué le vamos a hacer.
Es peor que pasarse cuatro meses gritando primero, luego dialogando, rogando, suplicando, susurrando, como el hombre ese a los caballos, y al final implorando que recojan la habitación. Por los suelos. Arrastrada. Que da igual. Que te ponen cara de qué más dará. Que les resbala verte como la niña del exorcista. Que ni la espuma verde por la boca, era verde o ese era Hulk, bueno, que ni la cabeza girando para todos los lados y levitando endiablada, esa sí que era la cría del demonio. Hija, que no te dejan ser ni un momento princesa Disney. Como si nada. Te desgastas. Te desfondas. Un imposible.
Peor, mucho peor que cuando piensas, ahora me tiro en el sofá y que pase la tarde. Entre indolente y melancólica. Llegas al salón, tú y tus sueños, y qué te encuentras, overbooking en el sofá. Ni un sitio tipo Ryanair. Si al final te conformarías con el espacio del equipaje de mano. Hasta el perro se ha subido. No respetan ni la edad ni la autoridad. La tele dividida en cuadraditos para ver varias series a la vez, el portátil hirviendo, la tablet, el móvil… Y encima que si les dejas tu teléfono, que no se qué aplicación se quieren bajar, que claro que el tuyo es mejor, que hay que ver qué cara que ni pidiéndoselo a los Reyes y a Santa a la vez. Pero si yo tengo que trabajar con él, no quiero mierdas ni más virus, con el que ya tenemos me basta. Oye, pues que eres una borde. Que no hay quien te aguante. Que les estás amargando la vida. Que a ver por qué estás todo el día enfadada. Que vaya carácter. Que digo yo, pero no lo vennnnnnn. Arrastrando la n bien. Del Club de Malasmadres.
Pues con vosotros, lo mismo. Pero qué es lo que no habéis entendido. ¿Tenéis que estar hasta las tantas discutiendo sobre una cosa obvia: que nos vamos a quedar en casa una buena temporada? Pero si es lo que nos habéis dicho, por decreto. ¿Tenéis que estar hasta la madrugada a ver quién tiene el virus más grande? ¿Tenéis que estar diciendo todo el rato que os vais a apoyar, que vais a ser una piña, como nosotros, y luego poneos a parir durante horas? ¿Pero no ibais a parlamentar sobre lo que nos importa? Ah, no, que seguís en lo vuestro, en lo de siempre. En lo de antes del Virus.
Pedro, Pablo, Santiago, Pablo y Gabriel. Los jinetes del Apocalipsis. Cinco en vez de cuatro. Las plagas bíblicas. En esta era de pandemia. Anda, marchad a casa. Que donde no habéis llegado vosotros lo ha hecho el país entero. Volcado, solidario, con lo que tenían a mano, porque lo que teníais que haber traído no ha llegado. ¿A qué esperáis? Mirad a ver, que queremos salir pronto de esto. Que nos vais a dejar sin país. Que no queremos quedarnos sin país. Ay, de verdad, ommmmmmmm. Me conecto con Rober San en ‘Camino y medito’. Y con Antonio González Chamorro ‘Antuan’ y su yoga Mohan conectado a la tierra. Que estáis en la nubes. Hala, hasta mañana. Cuidaros mucho.