Diario de León

Medio ambiente

Un virus que también ‘se come’ la contaminación

La polución en la capital leonesa descendió, sólo en los cuatro primeros días de confinamiento un 35%, uno de los picos más bajos de su historia. El Covid-19 ralentiza el reciclaje al frenar el cribado manual en las plantas

Contaminación

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El coronavirus, o mejor dicho, las medidas excepcionales que se han tomado para combatirlo, lograron en menos de una semana lo que muchas políticas medioambientales no han podido conseguir en meses, reducir la contaminación atmosférica. Se trata de una de las pocas, por no decir la única, ventaja que se ha conseguido con el #QuedateEnCasa dictado por el Gobierno el pasado 14 de marzo. Desde ese momento, la actividad de las ciudades se paró en seco, el tráfico se ha reducido hasta límites testimoniales, las industrias han parado y el consumo en general se ha detenido, lo que de entrada se traduce en menos contaminación, aguas más limpias y cielos más claros. El descalabro económico que este parón generalizado supone se torna en beneficio sin precedentes para el medio ambiente. Desde la dirección general del Calidad y Sostenibilidad Ambiental de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León se aprecia que esta atípica situación ha provocado «claramente» el descenso de la contaminación desde el pasado fin de semana que se aprecia muy bien en los óxidos de nitrógeno (emitidos fundamentalmente por el tráfico).

En el caso de la capital leonesa, donde se ha llegado a superar la barrera de los 200 miligramos por metro cúbico de nitrógeno de dióxido hace un año, en menos de una semana, con la inmensa mayoría de los coches fuera de circulación, se produjo un descenso de cerca del 35%, pasando de los 70 miligramos por metro cúbico del día 14 de marzo, a los 45 del pasado 18, último día de medición. Sin embargo, en estos días de reclusión forzosa, no ha sido el día con menos contaminación, lo que significa que no ha sido el día en que han circulado menos coches. La jornada en la que más se respetó la prohibición de circular libremente fue el domingo 15 de marzo, cuando se registraron a penas 18 miligramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno.

En las gráficas de material particulado, restos de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento y polen, entre otras, que flotan en la atmósfera y que afectan gravemente a nuestra salud, también se aprecia un descenso importante, pero que se trunca por una intrusión de polvo sahariano que sufre el entorno en la actualidad.

Por su parte, el ozono, curiosamente se mantiene en los mismos niveles que en semanas anteriores a pesar del descenso de sus precursores (dióxido de nitrógeno); eso sí, sin los descensos provocados por las emisiones de monóxido de nitrógeno del tráfico.

Una importante reflexión que se hace desde organizaciones ecologistas cono Greenpeace es que «la prioridad en estos momentos no es otra que acabar con el virus y evitar que siga causando más víctimas», pero añaden que «circunstancias excepcionales en las que ha inmerso al mundo la crisis del Covid-19 nos pueden servir también de aprendizaje para reducir las miles de muertes que la mala calidad del aire provoca cada año».

En el conjunto del país, es semana los valores medios de dióxido de nitrógeno apenas han alcanzado el 40% del límite fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea (UE). En Madrid, desde que el martes 10 de marzo comenzasen las primeras medidas de contención, como el teletrabajo o la suspensión de clases, los niveles de NO2 han bajado día tras día. Una reducción que se hizo patente a partir de la aplicación del estado de alarma el sábado 14, medida que limitaba drásticamente el uso del vehículo particular.

En aquellas ciudades con altos niveles de contaminación harían falta semanas o incluso meses para poder limpiar la atmósfera. «Sin embargo, tras unos días sin tráfico la calidad del aire ya es notablemente mejor», apunta Greenpeace. Las sustancias que estas generan cada día son depuradas por la atmósfera en función de las condiciones meteorológicas, ya sea de forma horizontal (gracias al viento) o verticalmente, mediante los movimientos de aire entre las capas de la atmósfera.

En este caso, tras el decreto del estado de alarma el pasado sábado tuvo lugar un periodo de inestabilidad meteorológica protagonizada por una Dana que ayudó a disipar la contaminación de las ciudades. Y al haber cesado las principales fuentes (principalmente el tráfico, seguido en menor medida de la industria) no se ha vuelto a generar tanta contaminación, ayudando a mantener unos niveles excepcionalmente positivos para el mes de marzo.

RECICLAJE SOLO MANUAL

Un escenario que también ha cambiado notablemente, a pesar del incremento de generación de basura doméstica por parte de las familias obligadas a estar las 24 horas del día es sus casas, es el reciclaje de los residuos. De hecho, algunos puntos de recogida han cerrado por miedo a los contagios.

Siguiendo las indicaciones hechas por el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco). Las bolsas, incluyan elementos que hayan estado en contacto con personas infectadas o no, llegarán igualmente a las plantas de tratamiento, en las que se intentará recuperar la mayor cantidad posible de desechos reciclables que llegan. Lo que cambia es que, siguiendo el protocolo de actuación del Miteco, se elimina cualquier proceso de manipulación manual, para evitar exponer a los trabajadores al virus. Así, todo quedará en manos de los sistemas automatizados. En ellos, existen unos cilindros «abre bolsas» que facilitan el vertido de la basura mezclada sobre las cintas. Lo normal es que, una vez abiertas las bolsas, los operarios retiren manualmente los objetos más voluminosos. Esta parte es la que se ha suprimido del proceso de triaje. A continuación, los restos pasan por diferentes máquinas que identifican los materiales recuperables y facilitan la selección.

Asimismo, se podrán establecer recogidas diferenciadas de las bolsas con material de enfermos de centros o lugares con un alto elevado nivel de afectados por Covid-19 (residencias, hoteles hospitalizados, etc.) mientras dure la crisis, dado el elevado nivel de generación de residuos asociados.

Para la gestión de los residuos procedentes de hospitales, centros de salud, derivados de la desinfección de instalaciones, estos tienen la consideración infecciosos y se gestionan según lo dispuesto en la regulación autonómica sobre residuos sanitarios, como es habitual.

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