Torra no desobedecerá al Gobierno a pesar de las presiones radicales
Cataluña reclama la devolución de las competencias en sanidad, seguridad y protección civil
El Ejecutivo catalán es muy crítico con la gestión que está haciendo el Gobierno central de la pandemia del coronavirus, se opone a la pérdida de las competencias como consecuencia de la declaración del estado de alarma y hasta acusa a Pedro Sánchez de dejarle sin herramientas para luchar contra la crisis sanitaria, pero de momento no se plantea ir a las bravas y decretar una especie de sálvese quien pueda desobedeciendo las ordenes del mando único.
«Desde el Govern estamos por la colaboración y la cooperación», respondió ayer la consejera de la Presidencia, Meritxell Budó, a la pregunta de si la desobediencia está sobre la mesa del consejo de gobierno catalán como opción política para hacer frente al coronavirus. Eso sí, desde la Generalitat avisan a Pedro Sánchez de que tiene que actuar «sin imposiciones».
A medida que aumenta el número de muertos, y en Cataluña en los últimos días el crecimiento es más pronunciado que en el resto de España, crecen las presiones desde dentro del independentismo contra Quim Torra para que desoiga al Gobierno central y haga la guerra contra el coronavirus por su cuenta.
MAQUINARIA EN MARCHA
La influyente Asamblea Nacional Catalana (ANC), motor movilizador del secesionismo, ha puesto en marcha toda su maquinaria para apretar al máximo a la Generalitat para que desobedezca al Gobierno central. «Es imprescindible que la Generalitat actúe de acuerdo con las recomendaciones de los expertos técnicos. Desobedeciendo si hace falta al Gobierno central», afirmó en un comunicado el jueves.
El independentismo ha convertido en dogma la petición de confinamiento total para toda la población catalana. Torra amagó hace dos semanas con decidirlo por decreto, pero el Govern admitió horas después que no tiene las competencias para ello. Desde hace días, el secesionismo abona el terreno, para cuando la situación llegue al colapso, culpar al Gobierno central por no haber aceptado las instrucciones de la administración catalana.
El soberanismo trata de aprovechar la crisis del coronavirus como argumento final para aumentar la nómina de independentistas, frente a un Estado que ya se presenta como responsable de la tragedia en Cataluña.