La salvaguarda de la seguridad

Responden con el saludo militar llevándose la mano a la sien y esbozando una tímida sonrisa cuando desde las ventanas la gente les aplaude. Son los soldados del Mando de Artillería de Campaña, el Maca, con sede en Ferral del Bernesga y que desde que comenzara el confinamiento salen todos los días de su base para velar porque se cumplan las normas de seguridad impuestas por el decreto del Gobierno.

Su misión son las calles de León, aunque también acuden a Palencia y Zamora, y organizados en grupos, los militares de artillería vigilan que nadie circule por las calles sin un objetivo o hacen controles de tráfico para que en los vehículos también se cumplan las medidas higiénico sanitarias impuestas por Madrid para acabar con el Covid-19. Cada grupo está formado por una treintena de personas que, a su vez, se dividen en tres pelotones para abarcar más zonas de cada ciudad actuando como «agentes de la autoridad».

«Nos reciben con calor y cariño. La gente nos ofrece bocadillos o cafés y nos pregunta qué necesitamos. Para nosotros esto es la mejor paga que nos pueden dar, es muy reconfortante que te den las gracias», explica el teniente coronel del Grupo de Artillería de Campaña número II/11, Enrique Miguel García Cuadrado, quien apunta que salen cada dos días a la calle incidiendo en que la mayoría de la gente está «muy concienciada».

Uno de los grupos del regimiento de artillería haciendo labores de control en el entorno de la estación de trenes. JESÚS F. SALVADORES

Antes de salir, a primera hora de la mañana, se coordinan con Subdelegación de Gobierno y con el Ayuntamiento para repartirse con el resto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a qué lugares acudir. Su objetivo principal son aquellos puntos en los que se pueda acumular mucha gente, como los grandes supermercados. «Nuestro primer paso siempre es convencerles con la palabra», indica el teniente coronel.

Además de sus tareas como agentes de la autoridad, los militares del Maca también colaboran con la organización del pabellón de San Esteban, donde se da cobijo a los sin techo, y donde prestan también sus servicios sanitarios militares. También están formados en tareas de la defensa nucleares, biológicos, químicos o radiológicos, conocida como NBQR por sus siglas en inglés, por lo que a su vez dan su apoyo en tareas de desinfección. Está previsto que, a medida que pase el tiempo, puedan aumentar sus tareas.