Se cumplen 40 años del primero de los 22 niños que asesinó ETA
Unos imanes que sobresalían de una bolsa que estaba en el suelo llamaron la atención de José María Piris Carballo cuando jugaba con dos amigos en Azkoitia (Guipúzcoa) el 29 de marzo de 1980. Al acercarse, la bomba que contenía el paquete estalló y mató al instante al pequeño de 13 años. Fue el primer niño de los 22 que asesinó la banda terrorista en su historia.
Hoy se cumplen 40 años de este asesinato, aunque la pandemia de coronavirus hace imposible cualquier homenaje o recuerdo público de quien inauguró la macabra lista de menores asesinados por ETA.
El día del atentado José María volvía de un partido de fútbol, junto con sus amigos Fernando García López y Jesús María Vega, en el coche de su padre, que se prestó a dejar a los niños en su casa.
Según relató posteriormente García López, mientras el padre aparcaba el vehículo los tres chavales salieron al exterior a jugar y fue en ese momento cuando la bolsa con los imanes despertó la curiosidad de José María.
Aunque se desconoce exactamente lo que pasó, si el pequeño llegó o no a dar una patada al paquete, la bomba que contenía lo mató en el acto mientras su amigo Fernando, de 12 años, resultó gravemente herido con traumatismo facial y torácico, aunque logró salvar la vida tras pasar 22 días en la UCI.
La bomba había sido colocada por un comando de ETA en los bajos del coche de un guardia civil para que explotara al ponerse en marcha, pero el artefacto se cayó y quedó en el suelo.