«Me temo que tras el confinamiento, la sexualidad tenderá a los extremos»

«Es difícil de prever si nuestros hábitos sexuales cambiarán y de qué manera. Lo más probable es que se acentúen los extremos: o una frecuencia más alta de prácticas sexuales o una reducción total. Más con una situación que parece se prolonga cada vez más en el tiempo». Julio César Álvarez, psicólogo y escritor, es el director del centro de Psicología Valenda. Su experiencia profesional se una a su amplia formación académica, que le llevado a colaborar en numerosas investigaciones del CSIC. El experto explica que en algunos casos, los confinados podrían inclinarse hacia una conducta compulsiva como forma de reducir la angustia. «Obviamente, no es la solución. Creo que es una excelente oportunidad de descubrir hábitos sexuales más saludables. Mejorando nuestro diálogo con nosotros mismos y con los demás», subraya.

Julio César Álvarez publicó hace dos años  Nueva selva, una novela sobre el confinamiento que sufre una ciudad a causa de un apagón de energía. En algunos capítulos de la obra se describen los comportamientos que la situación de ‘cuarentena’ tendría sobre la sociedad. También, en lo referente al sexo. Porque no es lo mismo cómo se desenvuelven las relaciones sexuales en una pareja habitual que lo que ocurre con los encuentros esporádicos entre desconocidos. El especialista subraya que la sexualidad no deja de ser una forma de comunicación. «Y como tal, necesita de estímulos. La preocupación y las tensiones no son elementos favorables para una sexualidad fluida y natural», advierte. Así, Julio César Álvarez detalla que hay que tener en cuenta que esta situación reducirá el deseo en algunas personas mientras que en otras provocará comportamientos más compulsivos como refugio y evasión del malestar. «En mi opinión, la sexualidad reacciona según cada individuo y contexto personal. La respuesta la tenían los griegos, en el equilibrio está la virtud».

Sobre la posibilidad de que se incremente el consumo de prostitución, explica que podría ser una consecuencia que se diera a posteriori y explica que existen más formas de sexualidad que no incluyen poner en peligro a los demás o a uno mismo. «El sexo online crecerá significativamente. Tanto el profesional como el que emplean, por ejemplo, algunas parejas. Si era una opción que hasta el momento muchas personas desechaban, a partir de ahora se verá como una vía de comunicación sexual más», admite Álvarez, que además afirma que puede ser un «estupendo» campo para el descubrimiento. «Ahora mismo es el terreno de juegos de la mayor parte de parejas separadas por la distancia. Y probablemente estarán comprobando que tiene muchas posibilidades», añade.

Uno de los problemas que generará el confinamiento es el aumento de algunos tipos de parafilia. Sin embargo, Julio César Álvarez subraya que el problema con algunos tipos de parafilia es que se tiende a necesitar un mayor estímulo sexual en cada ocasión para sentir algo similar. «El estrés y las dificultades actuales debidas al confinamiento acentuaran un mayor uso de pornografía relacionada con esas parafilias», revela al tiempo que confirma que es probablemente aumenten.

El experto duda de que esta cuarentena vaya a implicar un incremento de la natalidad que lleve a un babyboom como el de los años 70 y considera que las parejas actuales tienen muy en cuenta factores económicos y sociales a la hora de tener descendencia.

Adolescentes y hormonas

Pero y qué les ocurrirá en la franja de la adolescencia, una etapa en la que el deseo sexual se muestra en ocasiones de manera desbocada. Julio César Álvarez recuerda que Herbert Marcuse en El hombre unidimensiona l afirmaba que la repetición constante en las cadenas de trabajo hacía volar la imaginación sexual como forma de creatividad mental. «En mi opinión, al adolescente le ocurre algo similar. Días idénticos harán incrementar su libido e imaginación. Aunque el adolescente lo resolverá como lo venía haciendo hasta ahora, visualmente y con más contacto online .

Los profesionales de la psicología ya advierten del terremoto que habrá en las consultas de sexología tras el confinamiento, si bien Álvarez cree que probablemente aumenten mucho más las consultas individuales y las de los terapeutas de pareja porque la sexualidad es uno de los indicadores del estado de una relación. «Los problemas sexuales suelen ir acompañados de otras dificultades más profundas. La sexualidad es únicamente la punta del iceberg», advierte.

El especialista recuerda que no estamos diseñados psicológicamente para el confinamiento y la falta de contacto, menos aún en los países mediterráneos, habituados a un contacto físico permanente.

Por último, no tiene ninguna duda acerca del incremento de divorcios. que, en su opinión crecerán. «Si no se producirán más por cuestiones económicas, por el descenso de recursos económicos que implican», augura al tiempo que esta situación nos dejará un mapa del estado de la mayor parte de las parejas. «Muchas no lo superarán, otras se verán fortalecidas e incluso consolidarán su relación».