Con alma argentina y raza leonesa

Con sangre argentina, alma andaluza y cada vez más sentimiento leonés, Valentina Estrada pasa su particular ‘encierro’ con sus padres y hermanos en Granada. El confinamiento le pilló en la residencia de estudiantes de la capital donde compagina sus estudios de Magisterio con el balonmano, su gran pasión. «Estuve una semana en León pero antes de decretarse el estado de alarma decidí que lo mejor era volver a casa hasta que todo vuelva a la normalidad». Con apenas 20 años, acaba de renovar su contrato con el conjunto que dirige Juan Moreno para la próxima temporada. «Pese a que estar lejos de los tuyos es siempre difícil cuando persigues un objetivo hay que sacrificar cosas. La ciudad me gusta mucho y he de decir que el club se ha volcado para que esté lo más cómoda posible. No tengo ninguna queja, la verdad», señala.

 

Con apenas tres años dejó atrás su Argentina natal para comenzar una nueva vida en España. «Nos marchamos por cuestiones de trabajo de mi padre». Hoy su acento andaluz la delata y pocos aventurarían que sus raíces auténticas continúan asentadas con fuerza más allá del charco. «Sí que he vuelto a mi país, estuve en 2016 con la selección y allí viven casi todos mis familiares; abuelos, tíos...». Por suerte ahora está cerca de los suyos, pero teme que el coronavirus pase factura excesiva en su tierra de origen donde «el sistema sanitario no tiene los mismos recursos que el español». De momento allí el confinamiento «está comenzando» y «no te negaré que están asustados. Una de mis abuelas, por ejemplo, vive sola y la otra con una tía mía. Es difícil la situación, ojalá todo pase pronto», desea una joven deportista que sueña con lograr cosas grandes en el Cleba. Hasta que la pandemia obligó a cancelar la liga, las ‘guerreras’ leonesas marchaban en los puestos de cabeza y la firme intención de colarse en los play off de ascenso a la máxima categoría del balonmano español femenino. «Creo que no hay nada imposible, complicado sí, pero no imposible. Si no es este año seguro que alguno lo lograremos». La llegada de Juan al banquillo en sustitución de Guillermo Tarrazo no fue sencilla. «Nos costó mucho adaptarnos a sus métodos de trabajo y más cuando te sucede a mitad de temporada. Cada entrenador tiene su forma de jugar y sí puedo decir que Juan nos ha hecho dar un salto de calidad importante aunque el trabajo de Guillermo también está ahí».

 

De ‘ser libre’ como hasta antes de que el Covid-19 coronara el planeta lo que más echa de menos Valentina Estrada es la rutina y no solo la de entrenar sino el hecho de llevar un horario muy marcado también con las clases en la Universidad. «Ahora la mayor parte del tiempo me la paso haciendo trabajos por Skype con el resto de mis compañeras de curso y cumpliendo con las dos sesiones diarias de entrenamientos que nos manda el club. Cada día cuando me levanto y pienso que no podré salir a la calle es quizá el peor momento». Pero al margen de las obligaciones, también invierte el tiempo en ver series y películas o en estar con el resto de los suyos. Del vestuario echa en falta a todas sus compañeras, pero sobre todo a Bea Andrés, con quien más tiempo pasa en su día a día en León. «Siempre hago más vida con ella, pero también me acuerdo mucho del resto».