Sociedad
La crisis sanitaria duplica el número de familias que precisan de ayudas básicas
Cáritas y Banco de Alimentos atienden a todos aquellos que se han quedado sin trabajo y ahorros
La crisis sanitaria por el coronavirus va también más allá de los hospitales. Las familias con escasos recursos se han convertido en víctimas del confinamiento y de la paralización de la economía. Sin ingresos y sin ahorros, con hijos a su cargo, se han visto abocadas a acudir a organizaciones como el Banco de Alimentos, Cáritas o los servicios sociales del Ayuntamiento. Todas ellas han visto como ha aumentado el número de usuarios, incluso algunas los han duplicado, con familias nuevas que hasta ahora, con la llegada de la crisis no habían necesitados acudir a sus servicios.
Entre los nuevos usuarios de estas organizaciones hay familias sin permiso de trabajo ni residencia, otras que llevan tiempo sin trabajar y que ahora no lo pueden hacer en la economía sumergida, empleadas del hogar o cuidadoras de mayores, trabajadores esporádicos de la hostelería que tenían en mente los contratos de Semana Santa, aquellos que aún tenían pendiente el visado o familias cuyos ingresos dependían principalmente de la venta ambulante, el rastro o los mercadillos y gente que vive sola y que ahora se siente muy desprotegida, tanto a nivel económico como psicológico. A través del Ayuntamiento de León se han derivado a un millar de usuarios a las dos organizaciones, como explica la concejala Vera López, quien señala que hay familias «que aún no han pedido ayuda porque tienen pequeños ahorros, y muchos llaman ya para pedir información para el futuro».
Mercadillo
En Cáritas, además de ayudas en alimentos, también se ofrece, a más de un millar de personas agrupadas en 435 familias, apoyo para cubrir necesidades relacionadas con la vivienda, suministros y o información sobre ayudas y recursos sociales.
Entre el reparto de ayudas, como explican desde Banco de Alimentos, además de los perecederos, reciben muchos alimentos frescos como salchichas, pollos huevos y frutas, verduras y yogures. «Hemos montado una especie de mercadillo y cada uno coge lo que quiere. La única condición es que hagan acopio sólo de lo que vayan a consumir», explica Juani Pérez.