Una investigación contrarreloj
En una rueda de prensa telemática, el intendente de los Mossos Joan Carles de la Granja, jefe del Área de Investigación Criminal, ha desvelado ayer que los investigadores han podido hablar con el detenido y que, pese a que ha contestado a algunas preguntas, han comprobado que tiene un discurso «a veces un poco incoherente», por lo que no descartan que pueda tener «alguna dificultad mental».
Tras el primer crimen de un sintecho durante el confinamiento en Barcelona el pasado 18 de marzo -por el que fue detenida una persona que quedó en libertad sin cargos-, se encadenaron en 36 horas -del 16 al 18 de abril- otros dos asesinatos a personas que dormían en la calle en el barrio del Eixample, ante lo que los Mossos abrieron una investigación prioritaria y «contra reloj» porque «había en juego vidas humanas», según De la Granja.
Los Mossos lograron relacionar de forma «mucho más clara» la autoría entre el segundo y el tercer asesinato -ambos a golpes- que con el primero -con arma blanca-, por lo que empezaron a investigar con la hipótesis de que se podría tratar de un mismo autor.
En el marco de la investigación, a la que los Mossos dieron un carácter prioritario al tratarse las víctimas de un colectivo «invisible para la sociedad», según De la Granja, la policía contó con las imágenes de las cámaras de seguridad para intentar obtener imágenes del sospechoso.
Según el intendente, el asesino de los sintecho no dejaba ninguna opción de defensa a sus víctimas, ya que actuaba con una «violencia desmedida y gratuita».
La investigación aún sigue abierta, entre otros aspectos para determinar si el detenido también cometió el primer asesinato, del 18 de marzo, y si le constan antecedentes por ataques a personas pobres y sin hogar en Portugal o Brasil.
El conseller de Interior, Miquel Buch, ha felicitado a los Mossos por la detención del sospechoso: «No hay ningún delito que se pueda justificar, pero este es un asesinato punzante, un caso que ha tocado especialmente a los Mossos, porque afecta a uno de los colectivos más vulnerables, por lo que se han implicado a fondo y han hecho muchos esfuerzos para resolver esta investigación».
Buch ha recordado que, en el marco de su investigación, los Mossos contactaron con entidades de apoyo a los sintecho, como la Fundación Arrels, y que diseñaron un amplio dispositivo de vigilancia en Barcelona, especialmente en el Eixample, para proteger a este colectivo y para tratar de detectar cualquier movimiento del presunto autor.