Provincia
Un mayo por Paco ‘El Alegrías’
El barrio del Cueto de Jiménez de Jamuz, donde cada año en esta época no faltaría un tradicional mayo gracias a Francisco González, le recuerda este año a él con un emotivo texto en un tronco tras perderlo por la pandemia
La llegada del tiempo primaveral a la provincia provoca que en la ribera del Jamuz ‘florezcan’ los mayos. En concreto, se trata de artísticas figuras que representan oficios tradicionales o personajes populares de la zona que cobran vida —cada 1 de mayo— sobre un soporte de tablas que recuerda al antiguo tablero jiminiego que se construía para representar comedias. Sin embargo, este año no ha sido así.
La actual crisis sanitaria provocada por la pandemia del covid-19, que ha afectado con dureza a Jiménez de Jamuz con once fallecidos hasta la fecha y varios contagiados, ha provocado que, por respeto a las víctimas, los mayos no ‘florezcan’ este año. La tradición, que se remonta a la época romana y que tiene su origen en ritos ancestrales de la fertilidad, es una festividad pagana instaurada en Jiménez de Jamuz para celebrar la llegada de la primavera en la que cuelgan en la copa del tronco de un árbol un monigote o pelele para simbolizar la muerte del invierno.
Una tradición que había perdurado hasta la fecha gracias a los vecinos del barrio del Cueto y, especialmente, por la labor de Francisco González, más conocido por Paco ‘El Alegrías’ —quien tristemente falleció hace unas semanas a causa del coronavirus—, para que en la esquina del barrio, frente a su casa, cada 1 de mayo no faltará un pelele colgado del tronco de un árbol.
Mayista por excelencia
Una escena que este año no se ha reproducido al uso, pero que se ha reconvertido en un mayo especial en homenaje a Paco. Para ello, los vecinos del barrio del Cueto han alzando un tronco sin muñeco frente a su casa, con un crespón negro en la copa y con varias ramos de flores, junto a un emotivo texto bajo el título de ‘El silencio de los barrios’ en el que se puede leer: «El mes de mayo en Jiménez nos cambia a todos la cara. Al inundarse los barrios de escenas policromadas que configuran recuerdos, que configuran estampas de personajes y oficios de unas épocas lejanas que duermen, plácidamente, por el olvido, arropadas. Este año, por la pandemia, los barrios están en calma porque ni un solo pelele ha salido a dar la cara temeroso, como todos, por el estado de alarma. El barrio del Cueto, amigos, tiene un nudo en la garganta por la ausencia del mayista que se nos fue una mañana, cuando el cielo, despejado, nada oscuro presagiaba. Se fue Francisco González y El Cueto lloró de rabia».
Un sentido y emotivo homenaje «más que merecido», según resalta el alcalde de Santa Elena de Jamuz, Lucas González, que destaca que «él era amigo de todos. Le llamábamos Paco ‘El Alegrías’ porque siempre estaba con una sonrisa en la cara y nunca le vimos enfadado con nadie».