«Cuando llegue a cantar los temas llevaré más de 20 cuando antes eran 3»

Álvaro Corral tiene 27 años y desde hace dos prepara una de las oposiciones más duras a nivel nacional, las de Inspección de Trabajo. Cuando acabo su grado, decidió trasladarse a Crémenes para estudiar y ahora compagina su preparación de 250 temas con el cuidado a su abuela. El año pasado se presentó para probar y aunque no superó el primero de los cincos exámenes salió contento.

«Cuando llevo muchas horas estudiando echo de menos salir a dar un paseo y ahora, con el confinamiento, tengo que estar todo el tiempo en casa y se hace muy pesado», explica este joven volcado en sus oposiciones. Se levanta entre las 7.30 o las 8.00 horas y dedica una media de entre siete y ocho horas diarias al estudio. «Estas oposiciones son de estudiar mucho», reconoce para explicar que antes acudía a un preparador todas las semanas, «le cantaba tres temas por semana, pero cuando vuelva llevaré 20 y no estarán tan bien, porque ahora los canto para mí», explica en relación a que una de sus pruebas en recitar oralmente varios temas. Eso sí, este joven asegura que a pesar de que se presentará a una de las oposiciones más duras —que en la mayoría de los no cubren todas las plazas porque la gente ni siquiera las aprueba— él tiene una personalidad que le permite hacer frente a una situación como a la que se enfrenta. «Las estudiar una oposición es algo muy personal, hay gente que las deja en el primer año, pero esto es una carrera de fondo, de resistencia. Si insistes al final te quedas con las cosas», explica para añadir: «El día da para lo que da y unos rindes más que otros. Yo no me agobio, pero hay gente que esto no los aguanta».

A través de correo electrónico recibe los casos prácticos que tiene que preparar para superar una de las cinco pruebas de las que consta son su oposición, que sale una vez al año y con menos de un centenar de vacantes. Él sigue estudiando pendiente de la convocatoria de este año.