Los leoneses repiten la protesta con el repique de cacerolas

Decenas de personas repitieron ayer la marcha de protesta contra el Gobierno por el centro de la capital leonesa. El mismo recorrido, entre las plazas de Santo Domingo y Guzmán, y la misma puesta en escena que en la apertura del domingo. Pero menos asistencia, con una relato que no llegó por asomo a la sensación de muchedumbre que aportó la convocatoria de la víspera.

El repique de cacerolas acapara así el gesto de rebeldía ciudadana contra la decisión del Gobierno de extender el estado de alarma durante una semana más en la fase extrema del confinamiento en León, un extremo que no agrada a algunos colectivos ni sectores económicos, autónomos y emprendedores, trabajadores por cuenta propia, que están expuestos a una crisis sin precedentes sin ningún tipo de resguardo.

La marcha discurrió con holgura suficiente para permitir el paso de vehículos entre las hileras de manifestantes, distanciados entre sí lo suficiente como para no alterar las recomendaciones del estado de alarma en caso de aglomeración o reunión social.

Hubo gritos para reclamar libertad y dimisiones en el Gobierno; y ruido en la calzada, al paso acompasado del tantán de las cazuelas. Ruido también en paralelo a la marcha, por la cadena de reacciones políticas y manifestaciones que dejó la manifestación de la jornada anterior. Se posicionó en contra el procurador de Podemos en las Cortes de Valladolid, Pablo Fernández, que recordó que las concentraciones están expresamente prohibidas por la Delegación del Gobierno y por la Consejería de Sanidad, que había remitido un informe a las subdelegaciones para advertir del «riesgo para la salud pública» que esto suponía.

Fernández apunta que todas las capitales de provincia de la autonomía se encuentran en fase 0, lo que supone que siguen en vigor todas las restricciones propias del estado de alarma, entre ellas, la prohibición de cualquier tipo de concentración para salvaguardar distanciamiento social.

Vox terció en defensa del derecho de protesta de los manifestantes, que interpreta como consecuencia del «hartazgo de la sociedad civil». En un comunicado, la formación política señala que «muchos ciudadanos decidieron protestar en su hora de paseo igual que en otras ciudades de España, con absoluto respeto a las distancias de seguridad y el uso de mascarillas». Vox comparte la preocupación de los manifestantes por su futuro económico.

Quince minutos antes de las nueve de la noche, hora del inicio de la movilización, cuatro coches de cuerpos policiales transitaron por la arteria por la que discurrió la marcha.